Un gran castillo, una estrella que pasa sobre él y la letra inconfundible que forma una palabra mágica: «Disney». Existen secuencias que, por muchas décadas que pasen, solo son desconocidas para un extraterrestre y sin duda, esta es una de ellas. El 16 de octubre de 2023, la compañía de animación más popular de la historia cumplió 100 años. Para celebrarlo se estrena el próximo 24 de noviembre ‘Wish’: el poder de los deseos‘, una película de animación musical que se desarrolla en la imaginaria ‘Rosas’, ubicada en una isla frente a la no tan imaginaria Península Ibérica.
Cien años de clásicos indiscutibles han convertido a la compañía del ratón en una de las marcas más conocidas del mundo, con cintas llenas de magia y optimismo -fantasía sin cortar- como ‘Blancanieves’, ‘La Sirenita’, ‘El libro de la selva’, ‘El rey león’ o ‘Frozen’. Su apuesta en este centenario -‘Wish: el poder de los deseos’-, se construye como autohomenaje a todas ellas en una fábula sobre el poder de los deseos y la voluntad de llevarlos a cabo. «Es la primera vez que hacemos un cuento de fantasía completamente original, con música y personajes construidos desde cero. La inspiración viene de las películas favoritas de cada uno de nosotros», explica el jefe de producción, Peter Del Vecho.
Así como en septiembre de este año se confirmaba que el Alcázar de Segovia había inspirado el castillo de ‘Blancanieves‘, primer largometraje de Walt Disney, ahora ‘Wish’ decide situar su historia en un lugar donde suenan castañuelas, se baila flamenco (con coreografías de Antonio Najarro) y regenta un rey de rasgos mestizos llamado Magnífico -también en su versión en inglés- desde un palacio que recuerda «al Alcázar de Sevilla, la Mezquita de Córdoba o la Alhambra de Granada», en palabras de sus creadores. Fawn Veerasunthorn, directora de la cinta y encargada de otras como ‘Raya y el último dragón’, ‘Moana’, ‘Zootopia’, detalla que también quisieron inspirarse «en el clima y los colores propios de esta región». «Ah, y en las cabras», añade entre risas.
Parece que la diversidad cultural de la Península y el carácter bienhumorado que se presupone a España tuvieron cierto peso a la hora de elegir localizar la historia aquí. «Buscamos un lugar donde contar un cuento de hadas medieval y que al mismo tiempo se sintiera multicultural», detalla Juan Pablo Reyes, productor de origen mexicano, que recuerda que Ariana DeBose, quien da voz a la protagonista, «es puertorriqueña» y la compositora, Julia Michels, «también tiene herencia hispana». Según explica, el equipo de Disney se conforma de personas de los cinco continentes y lanza una pregunta retórica: «¿Por qué no íbamos a tener nombres de reinos en español?»
Algunos minutos después de los créditos iniciales -el castillo que antaño era un dibujo y fondo azul ya hace tiempo que se representa de forma hiperrealista mediante ordenador-,
Asha (cuya voz interpreta Ariana DeBose), una muchacha valiente e inconformista, pide su deseo bajo un manto de estrellas. Una de ellas, conmovida, baja para darle la oportunidad de cumplir su sueño y el de aquellos habitantes que habían olvidado el propio por esperar a que alguien más se lo concediera. Con ayuda de Valentino (voz de Alan Tudyk), una cabrita que adquiere la capacidad de hablar, intentarán pararle los pies al rey de Rosas, Magnífico (Chris Pine), en su espiral de narcisismo sobreprotector. Más que a un villano, recuerda a un padre.
Chris Buck, también director del filme y oscarizado por su trabajo en ‘Frozen’, alude a que «todos crecimos con estas películas» y han aprovechado la ocasión para dedicar «una carta de amor a Disney», en palabras de Reyes. «Todo el equipo artístico quería añadir su pequeña referencia de otras grandes películas que hemos realizado. Desde la guarida del villano, los animales parlantes del bosque o los fondos hechos en acuarela», agrega Buck. «Hemos querido plasmar nuestro propio viaje para llegar hasta aquí», revela Veerasunthorn, y parece que todos los participantes coinciden en que desde jóvenes tenían la meta de trabajar para Disney. «El camino de los sueños siempre está lleno de subidas y bajadas. Superarlo te hace entender tu propio potencial y al final acaba siendo divertido perseguir tus deseos», establece como paralelismo con la historia de Asha. «Mi historia se parece a la de su abuelo», comenta Reyes. «Con cinco años mi deseo era trabajar en Disney, pero luego lo olvidé y me dediqué a la ingeniería. Soy ingeniero industrial y trabajé en ello por muchos años hasta que un día me encontré con el deseo otra vez y decidí perseguirlo», relata. Hoy en día se asombra de haber llegado a participar de un momento tan importante para el estudio de animación.
Ni que decir tiene que Disney suele jugar bien sus cartas. Apostar por una historia original permite representar diferentes culturas y sensibilidades sin que asome demasiado el calzador. Seguramente se puede jugar a la nostalgia y llenar salas sin deformar éxitos anteriores. Sólo queda por ver la respuesta del público a una estrategia diferente.
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