A Manuel (35) lo llaman ‘el maquinón’ porque dicen que es una persona muy activa y va siempre acelerado. La energías de hecho lo persiguen tanto en el plano laboral como en el personal, puesto que se gana la vida como técnico de energías renovables. Además, en su tiempo libre su hobby favorito son las motos. Su problema es que no le había resultado fácil encontrar una chica que le gustara la aventura tanto como a él. Sin embargo, ‘First Dates’ se encargó de dar con ella.
Manuel tuvo una cita Sabrina (33) la velada el viernes 24 de mayo, una recepcionista de hotel cuya principal cualidad es la sinceridad. O así lo aseguró durante su presentación en el ‘dating show’ de Cuatro. Y por suerte para él, Manuel le pareció un hombre muy guapo y con un físico muy atractivo. A primera vista, contó, era lo que ella estaba buscando. Físicamente al soltero también le llamó la atención su pretendienta.
Las primeras impresiones de Manuel y Sabrina fueron muy prometedoras. Estaban contentos con lo que sus ojos veían. Y más contentos todavía que se pusieron al descubrir que no solo tenían muy buen feeling, sino que era recíproco.
Manuel y Sabrina, dos solteros con mucho ‘feeling’
El primer punto en común que encontraron fue que ambos se describieron como aventureros. A poder ser, de planes espontáneos e improvisados. «Pues mañana nos vamos a los Pirineos, que corro con la moto allí este fin de semana», quiso tantear el almeriense. Sabrina, lejos de achantarse, quedó encantada con esa forma de ver la vida, llegando a confesar que eso le había atraído bastante de él.
Por su parte, Manuel no dejó pasar ni una oportunidad de hacerle saber a Sabrina lo que le estaba gustando, si bien ella le devolvió los piropos para dejarle claro que era recíproco.
Una cosa llevó a la otra y la mente de Manuel voló a otros menesteres. Acercando posturas y acortando distancias, el pretendiente formuló una pregunta con segundas. «¿Eres activa?», la interrogó. Ante la respuesta afirmativa de su cita, insistió con intención de llegar donde quería «¿Pero activa en el día a día y en lo que no es el día a día?», volvió a preguntar, refiriéndose al ámbito sexual. El sí de Sabrina lo dejó contento, porque para él el 50% de una relación es la cama, «que sea activa, que te coja y te trille vivo como un delfín…», soltó siendo gráfico.
No había dudas, Manuel consideraba a Sabrina una mujer «nivel Dios». Y ella con tanto piropo que recibió durante la cena estaba más que dispuesta también a seguir conociéndolo.
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