Joey y Johnny Ramone se llevaban a matar, y sus herederos han recogido el testigo. Llevan años de disputas concernientes a la gestión del legado de los Ramones, y ahora el hermano del primero, el cantante, ha lanzado el órdago judicial definitivo a la viuda de Johnny, el guitarrista, acusándola de infracción de marca, dilución de marca e incumplimiento de contrato.
El hermano de Joey Ramone (fallecido en 2001), Mickey Leigh, y la viuda de Johnny Ramone (fallecido en 2004), Linda Cummings-Ramone, controlan cada uno el 50 por ciento de Ramones Productions, la empresa que posee los derechos de propiedad intelectual de la mítica banda de punk-rock. En su demanda, Leigh asegura que «la Sra. Cummings-Ramone ha hecho y sigue haciendo intentos flagrantes de explotar y sacar provecho personal del nombre, la buena voluntad y el legado de los Ramones, es decir, de intentar impulsar la falsa narrativa de que ella es la heredera del legado de los Ramones. Ciertamente no lo es. No es más que una descarada autopromotora y una infractora».
Leigh acusa a la Sra. Cummings-Ramone de explotar indebidamente el legado de la banda con interés personal, y de aprovechar su propiedad intelectual «para su propia fama y vanidad». Y tal como recoge The New York Times, Alan Fisch, un veterano litigante en materia de propiedad intelectual, asegura que la participación de la Sra. Cummings-Ramone en Ramones Productions no le otorga necesariamente el control sobre sus activos intelectuales: «El hecho de que posea la mitad de la empresa no significa que tenga un derecho ilimitado a utilizar su propiedad intelectual. Que cada uno de los dos accionistas tenga puntos de vista diferentes forma parte del reto que se han creado al ser propietarios del 50%».
«Los Ramones son únicos en muchos sentidos», alega la demanda de Leigh, que al estar relacionada con la marca implicaría al multimillonario negocio de las camisetas del grupo. «Uno de ellos es que son la única banda de renombre en la que todos los miembros no eran parientes, sino que usaban el mismo apellido como si lo fueran. Eso facilitó que la acusada se insertara fácilmente en el legado de los Ramones como parte de la familia y portavoz pública, y asociara su marca personal con los Ramones, utilizando el nombre ‘Linda Ramone’. De hecho, ‘Linda Ramone’ nunca existió mientras su marido, John Cummings, estaba vivo. La acusada adoptó cada vez más el nombre ‘Linda Ramone’ después de que el Sr. Cummings muriera. La Sra. Cummings-Ramone se presenta al mundo como ‘Linda Ramone’ y adopta unilateralmente el manto de portavoz designada de los Ramones y ‘guardiana del su legado. Da intencionalmente la falsa impresión de que está facultada para tomar la iniciativa o perseguir unilateralmente los negocios de los Ramones».
La viuda de Johnny ya había demandado al hermano de Joey el pasado mes de enero, acusándole de poner en marcha una película biográfica de los Ramones sin su aprobación, y el juicio está aún pendiente de fecha de celebración. Pero el enfrentamiento viene de muy largo: en 2018, él la denunció por el uso de marcas comerciales de los Ramones en un evento anual de homenaje a Johnny Ramone. En ese litigio, Mickey Leigh también manifestó su oposición a la adopción por parte de la viuda de Joey del apellido Ramone, que según él la retrataba falsamente como la «guardiana del legado» del grupo especialmente teniendo en cuenta que tan sólo era un seudónimo y no un apellido legal: «Desgraciadamente ella ha tergiversado el uso del nombre, lo que es problemático no sólo para Joey Ramone y los Ramones, sino también para sus fans».
Hay que tener en cuenta que este agrio y longevo enfrentamiento tiene cierto trasfondo sentimental, ya que Linda fue inicialmente la novia del cantante Johnny Ramone, y después le dejó por el guitarrista Johnny. Un suceso crucial en la historia de la banda, que quedó reflejado en la canción ‘The KKK took my baby away’ (‘El Ku Klux Klan me robó la novia’), con la que Joey, cuya tendencia política era de izquierdas, se vengó de su compañero de grupo, conocido por ser muy conservador.
Por eso, en la demanda presentada en la corte federal de Manhattan el viernes pasado (23 de agosto), los abogados de Leigh avusan a Cummings-Ramone de violar la ley federal de marcas registradas al perseguir una «búsqueda implacable» para asociarse con los Ramones describiéndola como una «ex groupie» que tiene un «deseo personal insaciable de destacarse a sí misma».
Cuando el juez del litigio de 2018 resolvió de forma salomónica las disputas entre los herederos, casi sermoneó a ambos bandos con su dictamen: «Mickey Hyman y Linda Cummings-Ramone tienen la misión casi sagrada de ser los cuidadores del trabajo creativo de la banda, proteger su marca icónica y educar a nuevos fans para hacer crecer su leyenda. En lugar de eso, las partes han permitido que sus egos personales y su animadversión mutua interfieran con sus obligaciones conjuntas».
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