Los Grammy Latinos se han celebrado en total de 23 veces en Estados Unidos y este jueves por primera vez fuera, en España, en nuestra Sevilla. Así se las gasta la industria ‘mainstream’, quizá Perú, Bolivia o México no tienen ese color especial que entonaban Los del Río, el del mercado y su proyección, en un evento sin ganador claro en premios pero con Shakira como reina madre del espectáculo. Se llevó tres, igual que su ‘partenaire’ Bizarrap, igual que Natalia Lafourcade, Edgar Barrera y Karol G (‘Album del año’, esta última). La armada española se trajó escaso bontín, Niña Pastori, Marcos Vidal, y Quevedo, al álbum flamenco, al cristiano y a mejor canción urbana respectivamente.
La gala comenzó altísima con la ídolo de Yolanda Díaz, Rosalía, y un número flamenco en homenaje a la ciudad de acogida, al Día Internacional del flamenco y a su amor roto con Rauw Alejandro. ‘Se nos rompio el amor’ eligió Rosalía cantar a Rocío Jurado, rodeada de un cuadro flamenco con decoración fantasmal. Un desgarro compuesto por Manuel Alejandro y Ana Magdalena para el álbum ‘Paloma Brava’, uno de los clásicos de la chipionera. Y una pieza con segundas dolorosas para ella y para el cantante Rauw Alejandro, también allí y expareja de la ‘Motomami’, que debió sentir hormiguitas como chinchetas en el estómago. «Y una mañana gris, al abrazarnos sentimos un crujido. Frío y seco. Cerramos nuestros ojos y pensamos. Se nos rompió el amor de tanto usarlo», reza la letra a la que añadió unas palabrejas terribles para adecuarla a su propia relación: «Se nos rompió el amor de tanto usarlo… o de no usarlo». Tratrá.
«Y el orgullo de la belleza de su cante», dijo exultante entonces Antonio Banderas sobre Rosalía, que retomó el testigo de la ceremonia y lanzó un discurso de embajador: «Bienvenidos a España, a Sevilla, y a mi querida Andalucía. ¡Han acertado! Es la tierra de Federico García Lorca, de Machado, de Velázquez, de Picasso, de Paco de Lucía… Andalucía es un pentagrama en el que se puede escribir la canción de tu vida». Y saltaron después al escenario Ozuna junto a David Guetta para interpretar ‘Hey Mor’, poniendo un toque urbano y latino.
Piqué, la piñata de la noche
Después, se entregó el primer premio, bien importante, ‘Mejor canción pop’. Y fue a parar a un arma de destrucción masiva. A Shakira y Bizarrap por su canción demoledora contra Gerard Piqué, expareja de la colombiana. Los Grammy iban de mensajes con dobles sentidos trágicos y/o rabiosos, parece. «Buenas noches, Sevilla», dijo la artista al recoger el gramófono, agradeciendo a España también todo lo que la habían apoyado. «Shaki pudo en esta canción expresar lo que sentía y eso es lo importante», añadió Biza.
Alejandro Sanz vino entonces con su ‘Corazón partío’, otro hit dramático y con intrahistoria pues el madrileño también tiene una separación reciente. Es más, se quedó como traspuesto en la introducción a su parte, y tuvo que repetir su entradilla en unos segundos raros. Los presentadores Danna Paola, Sebastián Yatra, Paz Vega y Roselyn Sánchez sonreían y conducían como podían unos Grammy Latinos que estaban tomando tintes de angustia existencial nórdica. Menos mal que Juanes salió a cantar de negro tanatorio para adecuarse a la oscuridad. Imaginen que sale de rosa.
Shakira comenzó su actuación desde una especie de probador y cantó la primera de las varias piezas que interpretó en la gala, aquí con un corsé dorado comandado por una virgen. Sus propios hijos, Milan y Sasha, le hicieron voces también en esta versión de ‘Acróstico’. Tendrían más protagonismo.
La regional mexicana es un género que está cobrando fuera en el algoritmo global y Eslabón Armado & Peso Pluma se hicieron sobre las tablas su ‘Ella baila sola’, en una actuación con menos chispa que el ‘jet lag’ de un agujero negro. Menos mal que aterrizó Laura Pausini a meterle un poco de brío a la vida, la ‘Persona del año 2023’ para la Academia Latina de la Grabación, que se quedó y sacó el chorro de voz que antes faltó. Y Antonio Banderas bramando desde el público. Maduros enérgicos, la verdadera gasolina a la que cantaba Daddy Yankee. «¡¡Soy la cantante italiana más latina de toda España mundo!!», gritó la de Faenza.
Con un fondo de imágenes de Camarón, de Lola Flores, de Paco de Lucía, de Enrique Morente, David Bisbal y Paz Vega entregaron el premio de ‘Mejor álbum de música flamenca’, que fue a parar a Niña Pastori por su ‘Camino’, y también recordó a Caracol, a Pansequito… «El flamenco es una música de alta categoría, de paladar, compleja y muy difícil, que por desgracia no es de mayorías pero sí de categoría. Estoy feliz de pertenecer al flamenco».
Se fue… y quedó el veneno
Y no crean que la trama de Rosalía iba a acabar. Rauw Alejandro salió cantar ‘Se fue’ de Laura Pausini, con aquello de «se fue, me quedó solo su veneno», para derivar en ‘Baby Hello’ con una curiosa ‘performance’ que partía de un inicio realizado en las interioridades del Palacio de Congresos en donde el cantante de Puerto Rico iba topándose por sus pasillos estrechos con varias mujeres con las que hacía una coreografía ‘evitativa’ y flirteante.
Entre la desgracia amorosa y Andalucía como paraguas discurrían los Latin, y Andrea Bocelli saltó al ruedo para retumbarnos con su ‘Granada’, una canción compuesta por el mexicano Agustín Lara, que curiosamente nunca vio La Alhambra. Antonio Banderas en su Grammy honorífico se acordó también del proyecto de su vida: su Teatro Soho, en Málaga. Y también agradeció la venida de estos premios a Andalucía, a España.
Y llegó el esperado culmen de la noche. Bizarrap, alrededor de versiones de sus sesiones, como la de Quevedo y el ‘Quédate’, introdujo lo que todo el mundo quería, a Shakira zumbando en directo su misil contra Piqué. Muy sensual la de Barranquilla en sus bailes, y cantó aquello de que «una loba como yo no está para tipos como tú», «tienes nombre de persona buena, clara-mente no es como suena», etc. Metiéndose entre el público y luego entre muchos bailarines creando el momento más impactante de largo.
Y de estrambote la progenie de Shakira y Piqué aplaudiendo la canción diatriba sonora contra su padre entre el público, unas millones de personas apenas en todo el mundo. Ganadora moral o inmoral, según para quién, la cantante en su último ‘speech’ dijo que les había prometido que a partir de ahora iba a reír muy fuerte.
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