Joan Manuel Serrat cumplió 80 años en el pasado mes de diciembre. Como él confiesa, no esperaba el premio Princesa de Asturias de las Artes, que reconoce una trayectoria de más de 60 años en los que su música ha llegado a varias generaciones. Fue un chico de barrio que estudió agronomía y que se empezó a ganar la vida como sexador de pollos. Pero cambió su amor por la Naturaleza por una carrera en la música que le ha llevado a vender millones de discos. Nada ha sido sencillo en su vida, no exenta de sinsabores y un exilio en México, pero el cantautor puede enorgullecerse de haber logrado un consenso por su creatividad y sus valores humanos que rara vez se ha dado en la sociedad española. Confiesa que goza de su tiempo libre y no echa de menos su trabajo.
-¿Qué significa este premio Princesa de Asturias en su trayectoria?
-Fue una sorpresa. Me avisaron de que me podían darlo por teléfono. Y luego me lo confirmaron horas después. Me he quedado muy sorprendido. Ha sido muy emocionante. La lista de mis predecesores en el premio me lleva a valorarlo mucho. Ennio Morricone, por ejemplo. Hay nombres muy importantes. El miércoles pasado fue un día intenso, muy estresante. Todo se precipitó. He recibido muchas llamadas. Ahora ha llegado el tiempo de recobrar la calma. Es el momento de disfrutar y asimilar todo lo que me ha pasado.
-¿Cómo gestiona su tiempo libre después de su retiro?
-Hace año y medio me retiré de los escenarios, pero no de vivir. Trato de vivir de la mejor manera posible. Ahora no tengo compromisos profesionales, ni giras, ni conciertos. He ganado en libertad. Manejo mi tiempo y sigo escribiendo y leyendo. Nunca me aburro. Puedo decirle además que me he retirado con muy buen rollo. No echo de menos lo que he dejado atrás.
-Usted siempre ha sido un buen lector. ¿Qué lee ahora?
-Hay una gran oferta de lectura. Leo mucho y releo. Vuelvo siempre a los libros que he leído y, especialmente, a la poesía. Leo también novela histórica y ficción. No doy abasto. Tengo la sensación de que me quedan muchos libros por leer. Pero lo que ocurre es que, si un libro no me engancha, lo dejo.
-¿Sigue leyendo periódicos de papel?
-Sigo leyendo periódicos de papel. El problema es que han desaparecido muchos kioscos y cada vez es más difícil encontrarlos. Aprecio el tacto del papel, su tacto y su olor, aunque los leeré en soportes digitales si algún día dejan de distribuirse. Me gustan los periódicos que expresan un pensamiento, lo que rechazo es los que se convierten en medios de transmisión de otros intereses que dictan su línea.
-¿Qué opina del impacto de las redes sociales?
-No estoy en las redes sociales ni estoy integrado en ese entorno
-Otra de sus pasiones ha sido la poesía, que está detrás de muchas de sus canciones. ¿Quién es su poeta favorito? ¿Tal vez Machado?
-No puedo decir un poeta favorito. Me gustan los poetas a los que se puede poner música y los que me han dejado una huella emocional. Y Antonio Machado es uno de ellos, es una de mis referencias. Hay otros músicos que han escrito canciones con la obra de otros poetas y, por eso, eludí meterme a trabajar con sus textos, aunque me atraían. Pero respondiendo a su pregunta, me gusta la poesía del Siglo de Oro. Quevedo, por ejemplo.
-¿Qué música le gusta escuchar?
–Soy muy recurrente en mis gustos musicales. Vuelvo a la música que me ha dejado huella. Me han influido cantautores como Brel, Brassens y Aznavour. También oigo música clásica. La descubrí cuando ya tenía 30 años. Hasta entonces sólo había escuchado zarzuela. Poco a poco, vas seleccionando lo que te gusta. La música es el ‘background’ de la vida.
-Usted es conocido por su amor por el fútbol. ¿Sigue viendo partidos?
-El fútbol cada día me apasiona menos. Pero soy un amante del deporte. Espero con ansiedad el mes de julio para seguir los Juegos Olímpicos de París. De equipo no se cambia. Además, uno ya no está en edad de modificar los sentimientos que vienen de muy lejos. Pero sigo el fútbol y hay días que disfruto más que otros cuando veo algún partido.
-Como barcelonista, supongo que estará sufriendo esta temporada…
-El Barcelona se encuentra en crisis social y deportiva. No ha sido un buen año. La situación económica es mala, está sin estadio y los resultados no han sido los esperados.
-¿Sigue usted manteniendo sus viejos amigos?
-Mi vida se va llenando de huecos, cada vez hay más vacíos. Mi agenda cada vez es más reducida porque las personas van desapareciendo. Son pérdidas muy dolorosas. Hay que aprender a gestionar la vida, a vivir con esas ausencias.
-¿Es nostálgico?
-La nostalgia no es una buena hierba. Hay que sembrar aquello que arraigue en la tierra y produzca una buena cosecha.
-¿Está de acuerdo en que todo tiempo pasado fue mejor?
-El tiempo pasado quedó atrás, pero el pasado lo es todo. Nunca podemos obviarlo. Es la tierra en la que hemos ido creciendo. En el pasado están nuestras raíces, el tronco y las ramas que se despliegan en nuestra vida. La memoria es selectiva y engañosa, pero nos ayuda a sobrevivir. El pasado siempre está ahí con nosotros. Es nuestra compañía, aunque sólo existe en realidad el presente. El pasado y el futuro sólo existen en nuestra mente.
-Eso lo dijo T. S. Eliot en sus Cuatro Cuartetos.
-Eliot escribió esa reflexión y siempre he lamentado no poder leerlo en inglés. Igual me sucede con la poeta polaca Wislawa Szymborska.
-¿Qué le parece la situación política?
-La situación política es lamentable. Hay un exceso de polarización. Soy una persona que cree en los pactos y el diálogo. El debate no debe ser confrontación, debe servir para enriquecer los puntos de vista. Detesto la intolerancia y reivindico la reflexión.
-Acaba de empezar la campaña de las elecciones catalanas. ¿Puede haber un cambio?
-El cambio depende de lo que cada uno vote. Pero el cambio debe pasar por el respeto al derecho ajeno y ese enriquecimiento común a través del diálogo.
-¿Le han tratado mal los independentistas?
-El maltrato siempre me ha venido de los intolerantes, de los que no respetan las opiniones que no concuerdan con las suyas. De aquellos que, citando a Antonio Machado, son hombres de cabeza pequeña que embisten contra todo lo que no les cabe en la cabeza.
-¿Cuál es su canción favorita?
-No puedo responder. Me está prohibido elegir una.
-¿Es usted consciente de que su música ha sido el telón de fondo de varias generaciones?
-Me alegro de que mis canciones hayan ayudado en la vida de las personas y les hayan servido para afrontar algunas situaciones o las hayan hecho propias. Las canciones que nos gustan las llevamos como un dobladillo.
-Nadie como usted ha sabido expresar con sus canciones los sentimientos que muchos no éramos capaces de expresar.
-Eso es un gran piropo.
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