«RTVE reitera su compromiso con la salud mental», esta es la razón que el ente público ha tomado tras la polémica y críticas que provocó el miércoles el último episodio de MasterChef 12 ante el abandono de Tamara y la reacción de los jueces, especialmente de Jordi Cruz.
La Corporación Pública en un hecho pocas veces visto ha tomado la decisión de eliminar dicho episodio de RTVE Play y de las redes sociales. Es decir, el capítulo de MasterChef del miércoles es ya el capítulo fantasma.
«La Corporación ha eliminado de RTVE Play y de sus redes el último programa de MasterChef. Lamentamos la emisión de un contenido que no debió suceder. La dirección ha reforzado los controles internos para evitar episodios similares», asegura el ente público en una publicación en X lanzada anoche. Efectivamente, todo el contenido del polémico capítulo ha sido eliminado.
¿Qué ha llevado a la nueva dirección de RTVE a tomar tan drástica decisión? En primer lugar, el tsunami de críticas recibidas desde todos los sectores, incluida la ministra de Sanidad, Mónica García, que a través de las redes sociales mostró su apoyo a la decisión de Tamara de marcharse del programa para cuidar su salud mental y protegerse. Segundo, que RTVE no quiere volver a vivir una situación como la que se vivió con MasterChef tras la muerte de Verónica Forqué. Y, tercero, para mostrar, efectivamente, su compromiso con la salud mental.
Tamara se significó como una de las concursantes que más iba a dar que hablar en MasterChef 12 desde el principio. En el primer programa acusó a Maicol de empujarla cuando en ningún momento ocurrió; su relación con el resto de aspirantes nunca fue del todo buena; el lunes pasado, Jordi Cruz estuvo a punto de expulsarla del programa tras un duro enfrentamiento que terminó con Tamara confirmando que su paso por MasterChef no estaba movido por las ganas de aprender a cocinar y dedicarse a la cocina, y con una frase que solo pudimos escuchar los espectadores, pues la dijo fuera de cámara: «No me gusta rodearme de cerdos, ¡y no sé qué hago aquí aguantando tonterías!«.
Pues dicho y hecho, pese a que Tamara intentó suavizar toda esta actitud en el programa del miércoles, la aspirante decidió que se iba del programa. «Me voy, me despido voluntariamente porque no me siento a gusto.Tampoco estoy dando todo lo que me gustaría, constantemente estoy nerviosa, tensión, presión… entiendo que esto es un programa, pero al final todos tomamos una decisión y yo quiero tomar esta decisión». Tamara soltó la bomba y confirmó la historia de la crónica de una muerte anunciada desde prácticamente el primer día de MasterChef.
Un hasta aquí que se ha ido gestando durante los cinco programas, pues Tamara nunca estuvo bien en MasterChef. Ni entró con la misma ilusión y sueño que el resto de sus compañeros ni se encontró nunca cómoda. Ella misma lo dijo en el programa anterior: entró en MasterChef porque quería aprender a gestionar y dirigir un restaurante. Esta respuesta provocó un duro enfrentamiento con Jordi Cruz, que ya le advirtió que sus palabras eran una falta de respeto para todas las miles de personas que se quedaron fuera de participar en el talent culinario.
Su abandono fue la gota que colmó el vaso para el chef. Mientras Pepe Rodríguez le preguntaba por qué tomaba esa decisión y sin que le diera tiempo a responder, Jordi Cruz, más enfadado que nunca en la historia de MasterChef, se dirigía a ella con toda la dureza del mundo: «¿Sabes qué pasa? Pepe te está haciendo preguntas, pero yo no te haría ninguna. Solo te diría ‘muy bien, chao’. Le has quitado la oportunidad a gente, claro que sí«.
Tamara, entonces, contestaba a Cruz, advirtiéndole que «por supuesto, pero yo me siento muy frustrada y no me apetece seguir en la misma dinámica en la que no estoy bien». «Perdonadme, pero es más importante estar bien yo que decepcionaros a vosotros. Con todo el cariño del mundo, lo lamento muchísimo», añadió. Una frase que fue muy aplaudida en redes por visibilizar la importancia de la salud mental.
En ese momento, fue Samantha Vallejo-Nágera la que intervino lanzándole una pulla justificada en las propias palabras de Tamara durante su paso por MasterChef: «Sí, ya nos dijiste una vez que lo primero era tu bienestar, luego el de tu madre, luego el de tu marido y luego el de tu hijo de dos años».
Tamara asintió, lo confirmó y repitió que se iba, mientras sus compañeros se llevaban las manos a la cabeza. Las palabras de Tamara provocaron aún más enfado en Jordi Cruz, indignado por todas las personas que se habían quedado fuera de MasterChef y que habían perdido una oportunidad que podía haber sido suya si Tamara no se hubiera presentado y no hubiera sido la elegida por los propios jueces. Jordi Cruz abandonó su puesto, se acercó a Tamara y con malas formas le pidió el delantal y le dijo «ahí tienes la puerta».
Una reacción que provocó que el talent y Jordi Cruz se colocasen una vez más en el ojo del huracán. fueron muchos los seguidores, incluso la propia ministra de Sanidad, Mónica García, lanzaron a través de X (Twitter) un mensaje defendiendo la decisión de Tamara para proteger su salud mental: «No, priorizar el bienestar emocional sobre los ritmos de vida frenéticos no es egoísmo, sino una decisión valiente. Nuestro compromiso con la salud mental implica abordar las causas que hacen que la vida duela. No queremos una sociedad dopada con cafeína y ansiolíticos».
Las críticas y la polémica volvieron a engancharse a MasterChef. Muchos espectadores y personajes públicos criticaron la actitud de Jordi Cruz y del propio programa al que acusan de crear show por crearlo. Muchos no entendieron que Tamara tomase la decisión de abandonar para cuidar su salud mental y el programa reaccionase de la manera en que lo hizo Jordi Cruz. Es comprensible, pues pocas veces se ha visto a Jordi Cruz como se le vio el miércoles, pero también pocas veces se ha visto a una concursante de MasterChef abandonar.
Tamara, y quien ha visto todos los episodios de esta edición lo sabe, llegó a un punto en el que ya no quería estar en MasterChef. Ella no entró para cumplir un sueño, entró para vivir la experiencia y cuando la experiencia se volvió desagradable y se dio cuenta que su interés e ilusión no era el suficiente para aguantarlos, decidió marcharse.
El error no es ni de Tamara ni de Jordi Cruz. Tal vez el error partiera de no valorar realmente en un casting lo que tanto molestó a Jordi Cruz, que no fue otra cosa que no tener ilusión por cocinar. Tamara lo dijo desde el primer programa, como señaló anoche Samantha Vallejo-Nágera. No es una cuestión de que MasterChef no cuide la salud mental, pues después de 12 ediciones todo el que se presenta saber perfectamente a qué se presenta, y más en esta donde el talent ha dedicado varios minutos del programa a hablar precisamente de la importancia de la salud mental. Ahí está el ejemplo de David, el legionario, expulsado anoche, y que fue el primero que en MasterChef 12 habló precisamente de ese cuidado por la salud mental.
Sí, Tamara dio un ejemplo de cuidado de uno mismo, de la mente, de la importancia de estar bien primero con uno y después con los demás. Hay que aplaudirlo, por supuesto. Pero no se puede olvidar por qué llegó anoche a tener que abandonar.
Por mucho que anoche la actitud de Jordi Cruz no fuera la mejor, ni la más adecuada, ni la que debería tener un juez de un talent televisivo, ni la que tal vez se debería ver en televisión, el abandono de Tamara no tuvo nada que ver ni con su enfrentamiento en el anterior programa con Jordi Cruz ni los problemas que pudiera tener con los compañeros. Simplemente, ella no estaba a gusto, ella no se veía en un concurso y ella no quería sufrir y decidió irse.
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