Parecía que la lucha entre la muñeca de plástico más fashion de la historia y el padre de la bomba atómica iba a acabar aniquilando a ambos en taquilla. Sin embargo, la rivalidad entre ‘Barbie’ y ‘Oppenheimer’, cuyos estrenos coincidieron hace un año en tiempo y espacio, no solo no se cobró víctima alguna sino que revitalizó las salas a una escala inédita, recuperando a un público que había dejado de ir hace lustros. El fenómeno se llamó ‘Barbenheimer’, y ahora se replica en la parrilla televisiva con Pablo Motos y David Broncano, protagonistas desde esta semana de una encarnizada batalla en el medio catódico que en vez de destruir está sirviendo para crear. ¿Un Motoscano o un Broncamotos? Había entonces y vuelve a haber ahora un poso a enfrentamiento crepuscular, a repentino resurgir en un medio que parecía agonizar y, de pronto, apura el foco sobre sí como un cigarrillo a punto de expirar su última chispa. La clave de este duelo sin par, de nuevo, no es solo competir contra el adversario sino contra un cambio de modelo y de hábitos; es aprovechar el potencial del rival para sacar el mayor rendimiento de uno mismo. «Está tan fragmentada la televisión, hay tantos canales, que era muy impensable que dos rivales juntaran casi un 40% de la audiencia . No es tanto una batalla por una misma audiencia, que es lo habitual, sino el efecto llamada hacia una nueva. Si mantienen el porcentaje del 40% será histórico porque no se consigue desde el apagón analógico», destaca Juan F. Lamata, experto televisivo y autor de una tesis doctoral sobre los conflictos de los grupos periodísticos en los años noventa.Noticia Relacionada Análisis estandar No Por qué Broncano gana a Motos aunque arrase ‘El Hormiguero’ Lucía CabanelasComo sucedía cuando competían sobre la tierra Roger Federer y Rafa Nadal o Cristiano Ronaldo y Lionel Messi se disputaban un nuevo Balón de Oro, el enfrentamiento entre Broncano y Motos ha elevado el interés del público, incrementando un 12% el consumo de televisión en la franja del ‘access prime time’ respecto a la semana anterior, según datos de Barlovento Comunicación. Supone también el mayor consumo total de espectadores de los últimos tres años, apunta la consultora Dos30. En la batalla por el ‘access prime time’, al final, no ganan ni Motos ni Broncano sino la televisión, que sube como la espuma. Por la expectación y curiosidad de ver cómo se desenvolvía en abierto Broncano, un cómico irreverente que presentaba en Movistar+. También por ver su encaje en una cadena pública después del millonario desembolso de la corporación, más centrada en contentar los antojos de La Moncloa y ser «competitiva» a cualquier precio que en dar un verdadero servicio público. Noticia Relacionada Análisis estandar No El as en la manga de Pablo Motos para ganar a Broncano y ‘La Revuelta’ Clara Molla Pagán Se hablaba de batalla, pero lo que hemos visto es a dos programas superarse a sí mismosAtrás quedan los tiempos de la mítica «guillotina» en los que María Teresa Campos se cobró la cabeza de Ely del Valle, de Alicia Senovilla, de Rosa Villacastín y de Pedro Piqueras hasta que, cuando se creía invencible, Ana Rosa Quintana fue su sentencia. O Javier Sardá, verdugo de Pepe Navarro, Jesús Vázquez y Máximo Pradera… hasta que irrumpió Andreu Buenafuente. No es, por tanto, el primer enfrentamiento televisivo, pero lo novedoso de este duelo entre Broncano y Motos es su capacidad para demostrar que la coexistencia no solo es posible sino que revitaliza. Semana de oro de MotosEl debut del humorista andaluz en TVE sorprendió a propios y extraños, empezando por la cadena, que antes de estrenar rebajó las expectativas e insistió en que los datos no importaban, y terminando por el propio presentador, que veía un imposible alcanzar a Pablo Motos. El miércoles llegó, incluso, a asomar la cabeza al frente de la franja del ‘access prime time’ y terminó la semana arriba, marcando un 19,2% de cuota de pantalla. Pero, aunque suya es la victoria moral del debutante, su ‘revuelta’ terminó neutralizada por la veteranía de ‘El hormiguero’, que registró un espectacular 23,3% de ‘share’ y no solo no perdió espectadores sino que cerró la mejor semana de su historia promediando un 20,5% de lunes a jueves, dos puntos más que Broncano. En la franja de estricta competencia, donde no hay más excusas para verse las caras, también salió victorioso el programa de Antena 3. «Lo inédito en este caso es el blindaje de Broncano por contrato», señala Lamata. El acuerdo firmado por el cómico jienense y TVE contemplaba dos polémicas cláusulas: el programa producido por El Terrat y Encofrados Encofrasa percibiría 28 millones de euros en las dos temporadas pactadas, por lo que en caso de cosechar malos datos no podría ser cancelado, y su hora de emisión comenzaría a las 21.45, recortando la duración de los informativos de la cadena pública. ‘La revuelta’ aprovecha el bloque de publicidad de Antena 3 para coger ventaja respecto a su competidor, que comienza quince minutos más tarde y varios puntos por debajo, obligado a remontar… hasta superarle. La inmunidad de Broncano y sus principales colaboradores no ha sido impedimento, en cambio, para que este enfrentamiento a dos bandas se haya cobrado víctimas colaterales como el ‘Babylon Show’ de Carlos Latre, la gran apuesta de Telecinco que no tardó ni un mes en liquidar, o ‘El intermedio’ del Gran Wyoming, que sí ha visto mermada su audiencia. Noticia Relacionada LA ALBERCA opinion Si De Quintero a Broncano Alberto García ReyesLas diferentes formas en la que han vivido la pugna ambos programas define a la perfección sus estrategias y estilos radicalmente opuestos. Como defensor de la corona, Motos ha asumido un perfil de veterano impertérrito, bregado en mil batallas, que ni siquiera se ha molestado en citar ni en bromear con la presencia de Broncano a su izquierda. En parte para no parecer preocupado por un mero aspirante al trono, pero también porque, como temiendo que decir tres veces Bitelchús invoque al monstruo, pueda incentivar que sus propios espectadores hagan zapping para ver al nuevo por mera curiosidad. Tras 19 años luchando con gigantes, el padre de las hormigas sabe que con la cuota de pantalla no se bromea.Todo lo contrario de lo que ha hecho Broncano, que como corresponde a cualquier equipo que debe atacar para remontar ha plagado su primera semana de referencias a ‘El hormiguero’ y hasta se ha permitido bromear con que efectivamente están allí colocados por La Moncloa. Pura irreverencia, una gran dosis de humor canalla de quienes aspiran a distanciarse de la televisión convencional en una suerte de antitelevisión que se ríe de todo. Decorados premeditadamente cutres (el presupuesto de 14 millones por programa da para mucho más) y unos invitados casi improvisados así lo demuestran. Eso sí, ningún integrante de ‘La revuelta’ ha caído en la descalificación o la falta de respeto contra su contrincante, como sucedió en el pasado con Máximo Pradera y los «tiburón sediento de sagre, coñazo conformista» que le dedicó a Sardá cuando aspiraba a derribar al todopoderoso dueño de las noches marcianas. O el famoso «¡Cállate ya! ¡Gilipollas!» de María Teresa Campos al imponerse a su antiguo programa aprovechando que Ana Rosa Quintana estaba de baja. Aquellas sí fueron luchas en el barro…«Estamos acostumbrados a que estas pullas fueran siempre entre las privadas, era raro que TVE se prestara a estas batallas. Esa forma de citar al competidor es interpretada siempre como una declaración de guerra», destaca Lamata. «Es un error intentar tener una audiencia basada en quitarle la audiencia existente a otros. El secreto, creo, es apelar a aquella gente que dejó de ver la televisión porque lo que veía le parecía un horror. Y competir sin perder tu seña de identidad es fundamental», señala, por su parte, Javier Olivares, creador de ‘El ministerio del tiempo’.Las dos EspañasDe perros o de gatos. De coche o de bicicleta. De Broncano o de Motos. Conmigo o contra mí. El intento de ahondar en la división de las dos Españas con la confrontación de un humorista del perfil del presentador de ‘La revuelta’ contra el humor más clásico del responsable de ‘El hormiguero’, tantas veces acusado de machista, entronca con una forma salvaje de hacer política personificada en Pedro Sánchez donde lo que importa es dividir para sumar. La polarización incluso en algo tan banal como el entretenimiento televisivo entra en la agenda política del presidente, obsesionado con revestirlo todo de supuesta ideología solo para fracturar a la sociedad. De lo que se trata ahora es de discernir cuántos de los espectadores que han acudido a la llamada supuestamente ideológica permanecerán al calor de la televisión y cuántos, en cambio, volverán a sus quehaceres habituales una vez se acalle el ruido.
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