Con más de 350 millones de discos vendidos, 1500 canciones grabadas en 15 idiomas, 450 discos (de los cuales, 230 fueron disco de oro y platino) y cerca de 70 años sobre los escenarios, la embajadora de la canción griega se retira definitivamente de la música. Efectivamente, Nana Mouskuri.
«No puedo fingir que soy joven. No quiero hacer sufrir a la gente; no tengo derecho a derecho a suba a un escenario y no cantar bien, aunque el público me aplauda por ello. Haré algunas actuaciones más y ya está.», declaraba hace escasos días a la revista alemana `Der Spiegel´ en la que hizo pública su retirada de la música. No es la primera vez que la cantante manifiesta su intención de poner fin a su carrera: en el año 2008, anunció la retirada de los escenarios pero, pocos meses después de su concierto de despedida, regresaba al verse incapaz de estar alejada de su público. «Sentí que me iba a morir si dejaba de cantar. (…) Cuando estoy en el escenario, todas mis dudas desaparecen. Soy una persona diferente», afirmó al medio alemán.
Una larga carrera
A finales la década de los años cincuenta del siglo pasado, una joven tímida que se escondía detrás de unas oscuras gafas de pasta, rompía con todos los esquemas. Expulsada del Conservatorio de Atenas por cantar jazz en clubes nocturnos de la capital griega, comenzó a colaborar con el compositor Manos Hatzidakis y, poco tiempo después, se llevó los primeros premios en el Primer Festival de la Canción Griega en el año 1959. El éxito internacional le llegó de la mano de la versión alemana de la canción `La rosa blanca de Atenas´. En 1962, grabó en Nueva York con Quincy Jones el disco `La chica de Grecia canta´.
La griega viva más internacional, ha recorrido durante más de medio siglo de carrera escenarios en los cinco continentes. Políglota, habla inglés, francés, alemán, español e italiano, ha trabajado con músicos como Quincy Jones, Nina Simone, Michael Legrand, Harry Belafonte, Julio Iglesias, Manos Hatzidakis y el recientemente fallecido, Mimis Plessas. Llegó a ser eurodiputada de la mano del partido conservador heleno Nueva Democracia y embajadora de UNICEF. La última vez que se la vio en Grecia fue durante la ceremonia de entrega de la llama olímpica, cuando ante un abarrotado estadio Panatinaikos, interpretó los himnos nacionales francés y griego.
Al igual que su compatriota, María Callas, Mouskouri también sufrió discriminación por su aspecto físico y sus gafas aunque, según confesó a `Der Spiegel´«Las gafas son yo. Ellas son mi protección, sin ellas me siento desnuda», aunque sí llegó a someterse a duras restrictivas para bajar peso.
Nuevo disco recopilatorio
Su nuevo álbum, ‘Feliz cumpleaños, Nana‘, que acaba de salir a la venta, incluye sus grandes éxitos grabados acompañada por la Royal Philharmonic Orchestra. «Cuando escucho estas grabaciones, lloro», porque le recuerdan a cuando era joven, confesaba la artista al medio alemán.
El álbum incluye un tema inédito en griego: ‘Piós éji dakria’, canción escrita por un amigo suyo y que , a pesar de haberla interpretado en varios conciertos en la década de los años ochenta del siglo pasado, nunca había sido incluida en un álbum de la cantautora. Según explicó a ‘Der Spiegel’, el pasado verano viajó a Atenas desde Ginebra, donde reside de forma permanente con su esposo y productor, André Chapelle, para grabar el tema.
El año pasado lanzó su disco, ‘Nana Mouskouri Radio Days’ con 24 grabaciones inéditas, -ocho de ellas compuestas por Mimis Plessas-, y que fueron encontradas en los archivos de la televisión pública helena (ERT por sus siglas en griego) tras haberse perdido su restro en la década de los años 60 del siglo pasado.
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