Lucía Lacarra es, desde hace mucho tiempo, una de las figuras españolas de la danza clásica internacional. Tras comenzar su carrera junto a Víctor Ullate, ha pasado por los ballets de Marsella, San Francisco, la Ópera de Múnich y la de Dortmund. Era cuestión de tiempo que creara su propia compañía, con Matthew Golding como escudero.
‘Lost letters‘ es el primer espectáculo del conjunto, integrado por una decena de bailarines. Inspirada en las cartas que los soldados enviaban a sus familiares desde el frente durante la Primera Guerra Mundial, sigue la estela de ‘Fordlandia’, trabajo presentado igualmente en los Teatros del Canal. Comparten una misma característica: una notable presencia del audiovisual como apoyo narrativo y como escenografía al mismo tiempo, mecidas las imágenes y la danza por músicas tranquilas y melancólicas, casi en un clima meditativo.
El resultado es un espectáculo de una extraordinaria belleza plástica, elegante y acariciador, en el que danza e imágenes caminan juntas y junto con la música de Rachmaninov y Max Richter envuelven la escena de placidez que acaricia a los espectadores desde el primer al último minuto. En alguna ocasión, sin embargo, la potencia de las imágenes roba protagonismo a la danza que se desarrolla paralelamente en el escenario.
Después de más de tres décadas de trayectoria profesional, Lucía Lacarra mantiene intactas su musicalidad, su extensión y la nobleza de su movimiento; y en ellas se basan sus intervenciones, llenas siempre de calidad, de dulzura y de expresividad. Junto a ella, un atento Matthew Golding y una muy joven compañía que arropa a una de las mejores bailarinas españolas de las últimas décadas.
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