Con los últimos días del año se hacen inevitables las listas de lo mejor y lo peor del año; de esto último, mejor ni acordarse. De lo primero sí, para devolver a la memoria momentos felices vividos, en este caso, en un patio de butacas. El teatro español vive tiempos inciertos, pero el talento sigue emergiendo y elegir diez montajes (de los vistos por ABC) continúa siendo una tarea ardua, absolutamente personal y siempre injusta. Cada espectador tendrá su propia lista, que no tiene necesariamente que coincidir con esta; para gustos, colores. En cualquier caso, y aunque no están todos los que son, sí son todos los que están y estas diez funciones (el orden poco importa) cuentan con méritos suficientes para estar en ella.
Prima facie
En agosto se estrenó este estremecedor monólogo de la australiana Suzie Miller, el relato descarnado y vulnerablemente angustioso de un ser humano, una mujer, al que se ha pisoteado su dignidad y cuya vida y carrera profesional ha sido tronchada. Un factor determinante es la interpretación, excepcional, de la actriz Vicky Luengo. Cuesta hablar en este caso de ‘trabajo’ porque el compromiso de la actriz con el texto y con su personaje es absoluto. Lo llena de colores, de sentimientos, de emoción… en definitiva, de verdad. Navega siempre con el timón de la obra firme, y consigue que se produzca la alquimia del teatro.
Forever
La compañía vasca Kulunka Teatro ha vuelto a dar en el clavo, más aun si cabe que en otras ocasiones, con ‘Forever‘, donde vuelven a apostar por el teatro de máscaras y por contar la historia sin palabras, únicamente a través del gesto, de la imagen y de la música. Y la apuesta es claramente ganadora, porque la compañía vasca plantea un espectáculo de tanta ternura como aspereza final a través de una historia a la vez cotidiana y conmovedora, tan emotiva como perturbadora. Teatro, nada más y nada menos.
Las guerras de nuestros antepasados
Nuevo acercamiento teatral a la novela de Miguel Delibes, publicada en 1975, una obra en la que el autor, escribió el crítico teatral de ABC Diego Doncel, «habla de esa violencia secular que recorre el espíritu de España, de la violencia y del machismo como ese determinismo colectivo que atraviesa nuestra historia desde las guerras carlistas, la guerra de África y la guerra civil». Dirigida por Claudio Tolcachir y protagonizada por Carmelo Gómez -a quien acompañaba en escena Miguel Hermoso-, la interpretación del actor leonés es uno de los mejores trabajos que se han visto en los últimos años sobre las tablas.
Alberto Conejero y Xavier Bobés se unieron para contar la historia de Antoni Benaiges, un maestro de escuela que, en vísperas de la guerra civil, enseñó las técnicas Freinet en un pueblo burgalés, Bañuelos de Bureba, y que fue asesinado por milicianos falangistas al comienzo de la Guerra civil española. Lo hacen a través de la poesía de la palabra y el teatro de objetos. Diego Doncel escribió: «La narración visual alcanza momentos de una belleza verdadera, de esa emoción que tienen las cosas cuando están cargadas con el peso de la vida, cuando se convierten en símbolos, en emblemas por los que habla el pasado».
Decadencia
Steven Berkoff es una de las más destacadas figuras de la escena británica de las últimas décadas. En La Abadía se presentó una de sus obras más aplaudidas, ‘Decadencia‘ (1981), de la que su adaptador, Benjamín Prado, Steven Berkoff, dijo que «es una obra cáustica, provocadora, que persigue al público, lo acorrala y a menudo le obliga a reír por no llorar». La producción fue impulsada por Maru Valdivielso, ella misma su intérprete junto a Pedro Casablanc. «’Decadencia’ es una obra sin asomo alguno de misericordia, es decir, donde la única misericordia se solventa con los pantalones bajados, la amante en plena forma y sintiendo el calor de una buena cuenta corriente», dijo Diego Doncel.
Ramón María del Valle Inclán
Ramón Gómez de la Serna escribió en 1944 una biografía de otro Ramón, Valle-Inclán, y a partir de ahí Xavier Albertí creó un espectáculo musical en el que hilaba el retrato de ambos escritores a partir del texto. La magnífica interpretación de Pedro Casablanc, un prestidigitador de la palabra y el gesto, le otorgó brillo a este singular y magnético montaje.
Falsestuff
Nao Albet y Marcel Borràs -y por eso está ‘Falsestuff‘ en esta lista- han conseguido con su teatro remover la escena española de los últimos años y formar un grupo, más o menos numeroso, de adeptos. La imaginación, la desvergüenza y el desenfado son, junto a un desbordante talento, las principales armas de sus obras. En ‘Falsestuff’, dijo Diego Doncel, «el desparpajo no falta, ni el sentido del humor ni los aciertos escénicos, son tres horas donde el escenario se convierte en un juego imprevisible, donde los géneros se suceden en un conglomerado original: desde lo puramente coreográfico al wéstern, desde el thriller a la videocreación», pero a veces también se muere de éxito.
El actor barcelonés Eduard Fernández no se sube al escenario con la frecuencia con la que sería deseable. Pero este año lo hizo para interpretar ‘Todas las canciones de amor‘, un monólogo del argentino Santiago Loza, con dirección de Andrés Lima, que era algo más que una obra de teatro. Era el abrazo póstumo que el actor le daba a su madre, fallecida durante la pandemia, y de la que no se pudo despedir al estar confinados. Su mérito en la función fue esconderse detrás de su personaje pero asomarse para seguir siendo perfectamente reconocible. Eduard Fernández lo hace con un equilibrio perfecto entre técnica y emoción, para conseguir un trabajo deslumbrante.
Valor, agravio y mujer
Varias circunstancias concurrieron para hacer del estreno de ‘Valor, agravio y mujer‘ un acontecimiento especial. En primer lugar, supuso la recuperación de una autora, Ana Caro de Mallén (1590-1646), y de un texto que muestra a una autora robusta, con dominio del oficio y de la arquitectura teatral y una altísima calidad literaria, del que solo el tiempo dirá si debe sumarse al canon o no. Además, descubrió a una directora sensible y elegante, Beatriz Argüello (actriz de larga trayectoria en nuestro teatro áureo) que construyó un espectáculo de una gran finura.
La comedia de los errores
Albert Boronat realizó una libérrima versión de la obra que William Shakespeare escribió a partir de Plauto; una comedia de enredo basada en los equívocos, sobre la que Andrés Lima planteó un espectáculo tan gamberro como efectivo, tan apabullante como disparatado, tan ingenioso como desvergonzado, con un ritmo infernal, que obligaba a sus seis intérpretes -Pepón Nieto, Antonio Pagudo, Fernando Soto, Rulo Pardo, Avelino Piedad y Esteban Garrido- a realizar un trabajo actoral más cercano al encaje de bolillos que a la interpretación. Una travesura deliciosa.
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