México fue uno de los primeros estados del mundo en establecer un cuerpo policial femenino. En 1930, algunas mujeres se animaron a formar parte del equipo aunque poco tiempo después fueron destituidas por las críticas y la forma de vida que consideraban «poco apropiada». Tuvo que pasar 30 años para que la Compañía de Policía Femenil de la CDMX volviera a resurgir. No lo tuvieron fácil pues ser mujer en ese momento, trabajar y cuidar a la familia era complicado y criticado. Pero no solo eso. Aunque al principio se creyó que las autoridades crearon un merecido espacio para las mujeres, poco después se descubrió que la creación de su escuadrón sólo se hizo para distraer a la prensa de un asesino que no había sido detenido hasta el momento.
Esta historia la cuentan ahora María, Gabina, Ángeles y Valentina en ‘Las azules’, la nueva serie de Apple TV+ que se estrena este miércoles en la plataforma y que está dirigida por Fernando Rovzar y cuenta con el guion de Pablo Aramendi (‘Los hombres de Paco’). A medida que aumenta el número de cadáveres, estas mujeres hacen un pacto para llevar al asesino ante la justicia y conseguir lo que ningún policía ha conseguido hasta ahora.
La serie refleja la vida de unas mujeres que llevan una vida propia de la época. María, interpretada por Bárbara Mori, es madre de familia y ama de casa que decide presentarse al examen de admisión del cuerpo policial tras una crisis matrimonial. Su hermana Valentina (Natalia Téllez) también decide ingresar, pero por una razón distinta: está cansada de enfrentarse a la policía en la calle y quiere cambiar la organización desde dentro. También llega al grupo Gabina, una joven que ha crecido entre policías por su familia y que desea continuar el legado pese a la desaprobación de su padre. Ángela, criminóloga, también desea cambiarse de bando y formar parte del equipo para ganar más dinero.
Y así comienzan estas cuatro mujeres un camino muy complicado en el cuerpo policial de México. Sueñan con ejercer como lo hacen sus compañeros, pero lo cierto es que les espera un trabajo muy distinto. Solo pueden aspirar a ser edecanes, es decir, auxiliares, así como guías turísticas que solo tienen un silbato y un ‘walkie talkie’ para comunicarse con sus compañeros como arma. A lo largo de ocho capítulos, estas mujeres deberán no solo combatir contra una sociedad que critica su presencia como policías, sino también contra el propio equipo, que cuestiona su valía.
Solo vigilancia
La serie refleja cómo el cuerpo femenino solo tenía cargos relacionados con la vigilancia de la ciudad. Las mujeres comenzaron a trabajar en el bosque de Chapultepec, y tanto las autoridades como la población lo consideraron un éxito. Gracias a su buen trabajo fueron enviadas a otras partes de la ciudad y a orientar a los ciudadanos con el reciente metro.
Aun así, no tenían la posibilidad de arrestar o detener a ningún sospechoso por la calle porque no contaban ni con el material necesario ni con el reconocimiento. Hicieron falta años y muchos triunfos para que las mujeres finalmente pudieran acceder a las mismas tareas de los hombres como el patrullaje, inteligencia, mando e investigación.
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