El 22 de junio de 1976, Bob Marley volvió por cuarta vez a Birmingham en el capítulo definitivo de su conquista de Gran Bretaña, y dio un concierto en el Odeon Theatre que dejó boquiabierta a una audiencia en la que estaban casi todos los chavales que apenas dos años después fundarían UB40, la banda que convirtió el reggae en un género apto para todos los públicos. «Él todavía no era tan famoso cuando fuimos a verle», dice con vanidoso orgullo Robin Campbell, sonriendo vía zoom al susurrar que el nuevo biopic sobre la leyenda jamaicana no le despierta demasiado interés. «No he visto la película ni creo que vaya a verla… estoy seguro de que un producto de Hollywood no va a aportar nada y además estoy muy ocupado (risas)». Lo que Cambpell tiene entre manos es nada menos que el 45º aniversario de su banda, descorchado con un álbum titulado ‘UB45’ que combina regrabaciones de viejos clásicos con algunos temas nuevos que incluyen versiones de Bill Withers o Brenton Wood.
¿Cómo sienta celebrar 45 años en un momento en el que el reggae goza de enorme influencia en la música mundial?
Es cierto. Creo que esa influencia empezó a notarse en los noventa en la música dance y el drum’n’bass, de hecho pienso que Lee Perry es el padrino de la música de baile moderna. Ahora ha llegado al R&B, al pop, está en el reggaeton…
Una de sus nuevas canciones, ‘Forever true’, se ha convertido en el himno oficial del Birmingham Football Club. Supongo que es un gran honor.
¡Sí! Todos nacimos en la ciudad, seguimos viviendo en ella y cuando éramos pequeños íbamos a los partidos. No son un gran equipo, no están en primera división ni nada de eso. Pero cada vez que marcaban gol, cosa que no ocurre a menudo (risas), la hinchada cantaba un verso de una de nuestras primeras canciones, ‘Food For Thought’. Fue una de esas cosas que ocurren de forma natural, no se puede pagar para convertirte en una referencia cultural como esa, y en agradecimiento hicimos ‘Forever True’. Fue número uno en descargas en iTunes, y ahora suena todos los días en el estadio. Yo iba con mi padre de pequeño y la verdad es que no me lo pasaba muy bien… la gente olía muy mal y siempre perdíamos (risas). No, en serio… Era bonito, familiar. Ahora el fútbol se ha gentrificado.
En Birmingham siempre ha habido un fuerte sentimiento de clase obrera, y se ha notado en casi todos los grupos de música que han salido de allí.
Cuando éramos jóvenes era un centro industrial del automóvil, hasta que los gobiernos conservadores arrasaron con todo. Mi padre trabajó en una fábrica de motocicletas toda su vida, y en mi familia siempre hemos sido socialistas. Los hijos tuvimos suerte y nos convertimos en chicos de clase trabajadora que alcanzaron el éxito y la fama y que vendieron más de cien millones de discos, pero nunca olvidaremos nuestras raíces. Seguimos siendo socialistas.
¿Vivieron ese ascenso meteórico con alguna contradicción interna?
Todo fue tan rápido que no dio tiempo a pensar. Sacamos el primer disco y nos convertimos en un grupo internacionalmente conocido, fue como meterse en un tornado. Desparramamos mucho, viajamos mucho, y tuvimos suerte de vivir para contarlo. Y compartimos experiencias increíbles… Por ejemplo, el primer concierto en Sudáfrica tras la liberación de Mandela, ante cien mil personas dos noches seguidas. Fue una celebración brutal de la comunión por encima de las diferencias raciales.
¿Cree que los artistas deben posicionarse en temas políticos, como por ejemplo el conflicto de Palestina?
A casi nadie le importa lo que digan las estrellas del pop, y yo no intento influir en la gente. Pero si tengo la posibilidad de hacer oír mi voz, lo haré. Recordando lo de Sudáfrica, no tengo ningún miedo en afirmar que Israel es un país arrogante que debe ser controlado y sancionado por la comunidad internacional. Están promoviendo un apartheid en el siglo XXI y nadie me va a intimidar llamándome antisemita, porque no lo soy. Para empezar, los palestinos son semitas. Lo semítico se refiere a toda esa región, y la mayoría de israelíes llegaron de Europa. Ellos están distorsionando la historia, pero afortunadamente, creo que la gente joven se está dando cuenta.
¿Siguen de juicios con su hermano Alistair, que dejó el grupo para ir por su cuenta?
Eso fue muy desafortunado. Él quiso emprender una carrera en solitario, lo cual es respetable porque no es nada fácil. Pero lo que ocurrió es que no tuvo el éxito esperado, y por eso dejó de llamarse ‘Ali Campbell’ y empezó a usar nuestro nombre como si UB40 fuera él. Ahora actúa como ‘UB40 featuring Ali Campbell’, y si te fijas en sus carteles, la parte donde pone Ali Campbell cada vez sale más pequeñita (risas)… Nos hemos gastado medio millón de libras en abogados intentando pararlo, y al final nos hemos dado cuenta de que seguir pleiteando es demasiado caro. Así que viviremos con ello, ignorándole. Es molesto, pero haremos como que no existe.
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