El restaurante de ‘First Dates’ continúa repartiendo amor durante las fiestas navideñas. O en el caso de la cita que compartieron durante la velada del martes 26 de diciembre Juan (21) y Nicolt (20), amistad como mucho.
Desde el momento en el que se conocieron, se podía intuir que los dos jóvenes no iban a resultar muy afines. Empezando porque se veían en las antípodas en cuanto a estilo: para el ‘outfit’ de su cita, él arriesgó honrando a sus antepasados escoceses luciendo el kilt de su clan, MacMillan; ella, por su parte, prefirió ataviarse con un look discotequero muy actual.
Por otro lado, el fuerte de Juan no es el romanticismo, sino el humor, mientras que Nicolt, una chica muy carismática, busca el paquete completo en su futura pareja. «A mí gustan los chicos alegres, con valores, caballerosos…». Todas esas cualidades, según ella, se resumen en una: quiere un Mario Casas.
Dos solteros tan distintos como Epi y la Gallina Caponata
Ninguno era como el otro se esperaba, sin embargo, de primeras no se cerraron las puertas a conocerse. El problema surgió cuando la chica le preguntó a su cita cuál es el estilo con el que viste normalmente. No en balde, se dio cuenta de que ni en eso se parece al actor. Y es, aunque físicamente le pareciera un chico con un estilo muy diferente al suyo, le atrajo la idea de salir con alguien que estuviera tanto a la moda como para salir a comprar el pan vestido de escocés.
Pero Juan le aclaró que estar a la moda y llevar un atuendo especial para la ocasión son dos cosas diferentes. Él en su día a día viste «normal», primando la comodidad y un estilo más causal y alternativo. Absolutamente nada que ver con el tipo de hombre que le gusta a Nicolt. «Yo pedí un Mario Casas, no un Mario ‘Escasas’. Le haría un cambio de look completo. Le falta sazón y un poco de flow. Le faltan tantas cosas…», declaró la soltera.
En el caso de Juan, en cambio, las diferencias no suponían un problema. «Ella es medio elegante y un poco pija. Es como si yo fuera Epi y ella la Gallina Caponata», aseguró, pero dejando claro que el físico le daba absolutamente igual y que solo le importaba la mentalidad.
De hecho, el joven aceptó seguir conociéndola, cosa que Nicolt rechazó. Cualquier duda que hubiese tenido en el momento de la decisión final se disipó una confesión que él le hizo al pagar la cuenta. «Tengo 12 euros en el banco. Con lo cual, ahora mismo no puedo invitar a nada, pero a lo mejor en un futuro, sí…», reveló. La soltera consideró normal que no la invitara, no obstante, la pareció un poco fuerte que contara tan abiertamente que no tenía un duro. Saber eso le bajó totalmente el ánimo: por muy majo que le hubiese parecido Juan, no era lo que estaba buscando.
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