Los millonarios derechos de autor del legendario Bolero de Maurice Ravel (Ciboure, 1875 – París, 1937) se han convertido en una histórica batalla judicial que puede restringir o ampliar los beneficios de una creación artística a los colaboradores de la puesta en escena de una obra.Ravel compuso su Bolero en 1928, estrenándose el mes de noviembre de aquel año en la parisina Ópera Garnier. «Simple estudio de orquestación», según su autor, el Bolero fue interpretado por vez primera por la bailarina ruso / ucraniana Ida Rubinstein, a quién iba dedicada.Ravel consideraba su creación como un «simple estudio de orquestación», cuya primera puesta en escena contó con la colaboración de un escenógrafo bien conocido en su época, Alexandre Nikolaïevitch Benois (San Petersburgo, 1870 – París, 1960), eclipsado por la personalidad excepcional de Ravel e Ida Rubinstein.Fue un momento de gloria para el autor y su intérprete. El Bolero se transformó muy pronto en una creación de fama universal. Y su intérprete estuvo considerada como una leyenda, durante toda su vida.Ravel murió joven, sin hijos, sin descendencia directa. Los sustanciales derechos de su obra pasaron a ser gestionados, muy pronto, por la parisina Société des auteurs, compositeurs et éditeurs de musique (Sacem). Fallecido Ravel en 1937, los derechos de autor del Bolero pasaron a ser del dominio público el 2016.Hasta entonces, los derechos de la autoría fueron cobrados por los lejanos herederos del compositor de una obra que fue, durante muchas décadas, una pequeña «mina de oro», que fue descendiendo bastante, con los años. Entre el 2011 y el 2016, el Bolero todavía generaba entre 135.000 y 150.000 derechos por año. Cifra relativamente modesta en la escena internacional. Tras pasar a dominio público los derechos de autor de Ravel, surgió un problema sin precedentes: los herederos del creador de los decorados de la primera puesta en escena, Alexandre Nikolaïevitch Benois, reclamaban y reclaman cobrar los derechos del Bolero, en tanto de «co autores». Desde su óptica, el autor de la música de la composición (Ravel) y el escenógrafo / creador de la escenografía (Benois) de la puesta en escena deben repartirse los derechos de autor…Desde ese punto de vista, Benois, nacido en San Petersburgo, fallecido en París, en 1960, debiera cobrar los derechos de autor del Bolero hasta el 1 de mayo de 2039. Tesis que no comparten, en absoluto, los abogados de la Sacem.Noticia Relacionada estandar No Cien años de ‘Rhapsody in Blue’, una obra escrita en tres semanas y concebida en un tren Julio Bravo La pieza, compuesta por George Gershwin, se estrenó en Nueva York el 12 de febrero de 1924, y fue la primera piedra de la nueva música clásica estadounidenseTras un laborioso proceso de instrucción, el Tribunal de Nanterre, en la periferia oeste de París, estudio el caso durante la mañana y primera hora de la tarde del jueves. Y se ha tomado un tiempo de reflexión hasta el próximo 24 de junio próximo, cuando debiera sentar sentencia.La decisión del Tribunal de Nanterre abrirá un precedente importante, si se aceptase la tesis de la «co autoría» del autor de la partitura y el escenógrafo de su posible puesta en escena. En el caso del Bolero, hay en juego sumas más de dinero más o menos significativas, que los herederos de Benois se disponen a defender judicialmente.Pero su precedente pudiera ir mucho más allá, siempre que no haya un entendimiento entre los herederos de obras, creaciones, puestas en escena, teatrales y / o musicales, de cierta importancia, artística y financiera.
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