Los más ancianos del lugar recordarán cómo a principios de siglo, antes de la Gran Guerra de Festivales, los cachés disparatados y el machete entre los dientes para robarle el cabeza de cartel al vecino, apareció en Esporles (Mallorca) un festival llamado Isladencanta. Sólo duró dos años, pero se marcó tantos como los debuts en España de The Strokes y The Libertines.A la reunión de los Pixies no llegaron, pero una de las estridentes erupciones de ‘Come On Pilgrim’, mini-álbum de presentación de los de Boston, sirvió para bautizar tan efímero festival y replicar el enigmático espíritu de una canción que evoca el paso de Frank Black por Puerto Rico. De ahí, claro, lo de «isla del encanto’ y ese ‘spanglish’ retorcido que infectó otras canciones de la misma época como ‘Vamos’. El verano, es cierto, brilla por su ausencia, pero entre sus guitarras chirriantes y esas voces como de manicomio, ‘Isla de Encanta’ se postula como edén insular y apetecible refugio soñado. Un lugar en el que, ya lo cantan los duendecillos, sobran aviones y falta sufrimiento. Así que ya saben: «Isla de encanta / me voy / me voy / me voy». ‘Isla de encanta’ Hermanita ven conmigo,Hermanita ven conmigo, Hay aviones cada hora,Isla del encanto,Me voy! Me voy! Me voy! Donde no hay sufrimiento, Donde no hay sufrimiento,Me vieron pasar por la calle,Isla del encanto,Me voy! Me voy! Me voy!Nuestro propio animal canta a la gente pa’gratis ,Hey babe what are we doing here? .Laaaaa, loooh, patria.Isla de encanta,Me voy! Me voy! Me voy!
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