Siempre igual pero siempre diferente, el Sónar ha empezado a mostrar las cartas de su 31 edición con una idea muy clara en mente: potenciar (aún más) el baila ya sea por el lado festivo y hedonista o por el radical y disruptivo. Lo normal en un festival que ha hecho bandera de la música electrónica como sinónimo del gozo y la investigación y que se encomienda a la neodiva inglesa Jessie Ware, al rapero Vince Staples y al poderoso funk del francés Folamour para poner la pista de baile patas arriba. Un poco como lo que logró Aphex Twin el año pasado, pero sin hacerse triza los meniscos y las caderas en el intento.
«El protagonismo del baile en esta edición permitirá descubrir propuestas coreográficas y escenográficas tan radicales como rupturistas, yendo del drill y el noise de Blackhaine a los bailes ‘hakke’ de Gabber Eleganza», celebra un festival que, fábrica de baile con mano de obra de casi todo el mundo, reclama los servicios del rap expansivo del haitiano-canadiense Kaytranada y convoca a la fiesta a Charlotte de Witte, Floating Points, Ben Böhmer, Reinier Zonneveld, Judeline, Kerri Chandler y The Martinez Brothers, entre otros.
Curados de espantos tras más de tres décadas cartografiando los rincones más oscuros de la electrónica, el Sónar también promete una buena ración de sobresaltos con las propuestas de Team Rolfes, que presentarán en directo una ópera de realidad con la rapera viral Lil Mariko; VMO (Violent Magic Orchestra) y su mezcla de, dicen, black-metal, noise, gabber y trance; y el colectivo ASIANDOPEBOYS, a cargo de un espectáculo de seis horas de duración con efectos visuales, coreografía vanguardista y un elenco rotativo de artistas.
En el otro extremo, el del Sónar como laboratorio de ideas y pista de despegue de nuevas tecnologías, la relación entre naturaleza y tecnología será uno de los ejes de temáticos de conferencias audiovisuales de Sónar+D. Por ahí pasarán el arquitecto y artista Tomás Saraceno, impulsor de nuevas formas sostenibles de habitar y percibir el medio ambiente; y el fundador y director del proyecto CETI (Cetacean Translation Initiative) David Gruber, quien desvelará cómo está logrando traducir el lenguaje de los cachalotes de Dominica utilizando Inteligencia Artificial.
Y es que, como ya ha ocurrido en los últimos años, la IA, centrando buena parte de la atención de las sesiones más didácticas y teóricas del festival, En esta ocasión, el Sónar explora el uso que de ella hacen desde una perspectiva lúdica, práctica y palpable la artista chilena Nicole L’Huillier y la tecnóloga y profesora en el Berklee College of Music de Valencia Marta Verde.
Bajo el paraguas del Sónar se desarrolla también la segunda edición del festival internacional de cine +RAIN Film Festival, realizado exclusivamente con IA en colaboración con Universitat Pompeu Fabra (UPF), que explora cómo esta tecnología convive con la narración fílmica.
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