Isabel Aaiún ya no tiene tiempo ni de coger el caballo un fin de semana y cabalgar con amigas sin prisas. Estos días todo son actuaciones, entrevistas y fotos. Es la consecuencia directa de que su ‘Potra salvaje’, el tema que compuso junto a Pablo Mora de Lagarto Amarillo en 2021, se haya convertido en una de las canciones más escuchadas de este verano en plataformas digitales y fiestas y ferias de medio país. Solo en Spotify suma más de 26 millones de reproducciones. Ha llegado hasta el vestuario de la Selección, que lo ha convertido en su himno oficioso de esta Eurocopa.
«No pensaba que eso podía llegar a ocurrir ni en mis mejores sueños, es alucinante», relata al otro lado del teléfono la cantautora segoviana, que hasta el año pasado se ganaba la vida como jinete y cetrera, «Estoy adaptándome a todo esto, que ha venido muy de golpe. Es verdad que la canción, desde que salió en diciembre de 2021, ha ido creciendo poco a poco. Gracias a su buena acogida publicamos otro single, y después otro, y en febrero llegó mi primer disco, ‘Potra salvaje‘. Pero ahora ha explotado y la verdad es que todo esto no me lo esperaba».
Comenzó a darse cuenta de que el fenómeno era imparable cuando escuchó, hace año y medio, que varias orquestas habían empezado a cantar sus propias versiones de un tema autobiográfico que, según su propia autora, habla de «empoderamiento sano, de perdonar y avanzar». «Y no solo las mujeres se pueden sentir identificadas con ella, sino que va dirigida a cualquiera que la quiera hacer suya», apunta.
Producción ‘amateur’
El DJ Fernando Moreno, al ver que le pedían el tema en todas las fiestas que pinchaba, pidió permiso a la segoviana para mezclar este pasodoble modernizado con tecno duro. Y, aunque en un principio era más bien un experimento grabado de forma ‘amateur’, arrasó. El boca oreja y las discomóviles que amenizan las verbenas populares hicieron el resto.
La música, explica Isabel Aaiún, ha llegado a su vida para quedarse de forma más o menos casual, como sus otras vocaciones. En su familia casi todos tocan algún instrumento –«somos muy artistas, aunque en el pueblo nos llamen zapateros por el oficio de mi abuelo y mi bisabuelo», reconoce entre risas–, pero ella es la primera que se dedica a la canción de forma profesional. Y lo hace desde el pasado mes de noviembre, cuando vio que su carrera comenzaba a exigirle tanto que ya era imposible compaginarla con la equitación.
«Desde bien pequeña me encantan los caballos, por mi zona hay mucha afición. Como quería aprender a montar, con 9 años me buscaba la vida limpiando cuadras, ayudando en la hípica para poder cabalgar gratis. Desde entonces no me bajé, he seguido con la equitación y la doma, dando clases…», recuerda. Y como se le daban bien los animales un paisano la recomendó a un amigo que necesitaba ayuda en su criadero de halcones: «Empecé con la cetrería por probar y me encantó, así que busqué la manera de compaginarlo con la equitación».
Los caballos y esa España rural donde sigue viviendo son también protagonistas del videoclip de ‘Potra Salvaje’. «Seríamos unos necios si negáramos que en la ciudad hay más recursos, pero mi historia es una clara demostración de que también se puede triunfar desde la España vacía», asegura orgullosa.
Un éxito con ADN rural: «En las ciudad hay más recursos, pero también se puede triunfar desde la España vacía»
En su pueblo, donde hay poco más de 200 habitantes, están como locos con el éxito de su paisana, admite la cantautora: «Aunque nací en Madrid, ellos me han visto crecer. Imagínate que la niña a la que has visto toda la vida en pañales, correteando por un pueblo, de repente está subida a un escenario delante de 20.000 personas». Su familia está incluso más entusiasmada que ella. «Y eso que no les cuento todo el rato mis cosas porque no quiero ser tan pesada», bromea. Sus raíces, asume, le ayudan a mantener los pies en la tierra: «No quiero olvidarme de dónde vengo y quién soy, toda la vida he gestionado así los otros éxitos de mi vida laboral. Siempre me repito ‘Isabel, tranquilízate y no te flipes, hay que ser humilde, porque hoy estás aquí y mañana no».
¿Está cómoda con la etiqueta de la canción del verano que le han colocado a ‘Potra salvaje’? «Sí, no me molesta para nada que digan que soy la autora de la canción del verano, porque mucha gente me está conociendo gracias a eso. Hay quienes están de paso, pero muchos otros escuchan el disco entero y me dicen que les encanta, incluso hay temas como ‘Tacones de viento’ o ‘Soy feriante que les gustan incluso más que ‘Potra salvaje’», relata orgullosa. De hecho, el próximo 26 de octubre actuará en LaSala del Wizink Center de Madrid. Es de los pocos planes de futuro que puede contar, de momento. La Zapatera va a ser ya, al menos hasta que llegue el otoño, la de la Potra.
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