El actor estadounidense, ganador de un premio Emmy y un Globo de Oro por su papel del psiquiatra Frasier Crane, vuelve a encarnar al personaje que le dio la popularidad mundial en los 90. En su primera vez frente a frente con Pablo Motos, Grammer adelantó algunas claves de la vuelta de ‘Frasier’, habló del éxito internacional de su personaje y de lo que siente con la resurrección de una ‘sitcom’ que marcó una época televisiva.
No en vano, es una de las mejores comedias de situación de todos los tiempos, con 11 Emmys ganados a lo largo de sus 11 temporadas en antena ¿Cuál es la magia de la serie? Para su protagonista, tiene que ver con interpretar siempre de cara al público. «Damos por hecho que el publico es inteligente. Frasier es un hombre que ama de corazón, todo le importa. Y eso es lo que nos hace gracia de él», explicó.
En parte, cree que a eso se debe también que reencontrarse con el personaje casi dos décadas después haya sido para él «como ponerse un traje de toda la vida» y que no le haya costado nada.
Eso sí, él tiene un truco para meterse en la piel del psiquiatra: no lee el guion hasta el último momento «para hacerlo más fresco». «Puede resultar un poco problemático para el resto de los actores pero yo soy un egoísta», bromeó, reconociendo que «es verdad que a veces me lo invento» para que la interpretación sea más espontánea.
Fraser vuelve a Boston en la continuación de la serie
En referencia a la vuelta de la serie, el intérprete considera que el nuevo mundo de ‘Frasier’ después de 20 años es como el viejo, tal y como avanzó. «Vuelve a Boston, donde empezó, porque tiene cosas por terminar. Allí perdió un par de amores de su vida. Él se fue la ciudad de una forma que quizás no fue la ideal: se fue sin su amor y sin conseguir ser el hombre que quería. Y por lo tanto, me pareció muy buena idea. Además, en Boston vive su hijo».
‘Fraser’, recordó Pablo Motos, es un ‘spin-off, una continuación, de ‘Cheers’, en la que Kelsey Grammer supuestamente solo iba a hacer un papel secundario de pocos capítulos. El primer contrato fue para dos episodios, prácticamente un casting. Y además, no le fue nada bien. «Me dijeron que si resultaba popular, a lo mejor haría tus episodios y eso iba a ser todo». Pero después del quinto, los guionistas le informaron de que querían que continuara el personaje, aunque tenían una porra: «iban a escribir una frase que no iba a ser graciosa cuando yo la dijera», reveló, sentenciando que «nunca la ganaron».
Frasier Crane le ha brindado al actor el papel de su carrera y una fama tal que hasta una fan se tatuó una foto del personaje. La anécdota le valió al presentador para preguntarle por otro tatuaje, pero en este caso, suyo. Grammer lleva grabado el nombre de su mujer en la parte baja del abdomen. «Es la típica foto de chantaje», bromeó. Su compañera de vida, Kayte Walsh, le pidió al inicio de su relación que si se tatuaría su nombre y él aceptó. «Luego lamentó pedírmelo. A lo mejor en el momento de tener una indiscreción y dicen, ‘ah no, que es de alguien’», comentó. Pero al presentador, le había dado una idea que no dudó en manifestar: «Es un sistema anticuernos»
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