Crítica de danza ‘Dream’ Idea, creación y dirección Natalia Menéndez Creación y coreografía Israel Galván Iluminación Valentín Donaire Escenografía Pepe Barea Vestuario Micol Notarianni Espacio sonoro Pedro León Intérpretes Israel Galván, Paquita Cobos Gil (voz), María Marín (guitarra y cante), Antonio Moreno y Juan Jiménez Alba Lugar Teatro Español, Madrid 3Nadie le puede negar a Israel Galván la vitola de singular. No hay probablemente en el panorama escénico español un artista con una personalidad tan marcada, tanto atrevimiento y tanta extravagancia. Quien acuda a uno de sus espectáculos con la idea de ver a uno de los mejores bailaores de las últimas décadas, que abandone toda esperanza, como diría Dante Alighieri. Y es que Israel Galván, lo ha dicho él mismo, no es un bailaor, sino una instalación .Y eso es lo que acaba de presentar en el Teatro Español : una instalación artística con el baile, la palabra y la música como columna vertebral; en la que la imagen y el sonido envuelven las ideas y en la que se exige del público una complicidad especial. No hubiera sido de extrañar, seguramente, que hace años, cuando los espectadores de cualquier espectáculo manifestaban su opinión sin tapujos, Israel Galván hubiera recibido algunos abucheos (de hecho, en la noche del estreno, un espectador declaró en voz alta su desacuerdo) por su desconcertante y sorprendente propuesta. El público del Español no lo hizo; es más, aplaudió con cierto entusiasmo.Y es que ‘ Dream ‘ (anagrama de la palabra ‘Madre’) es un espectáculo a la vez magnético e irritante, una catarata de ideas, imágenes, sonidos, ideas y símbolos sabiamente agavillados por Natalia Menéndez , de quien partió la idea de crear junto a Israel Galván un espectáculo donde se abordara el infinito tema de la relación materno filial. La elección del artista sevillano es un acierto, porque su capacidad de metamorfosis, su idiosincrasia y su genio le hacen presentarse como la madre y el hijo al tiempo. Magnético por el lienzo en que se convierte el escenario, irritante por algunos momentos interminables e incomprensibles.Es una lástima, por otro lado, que un bailarín con tanto talento -es sin duda uno de los mejores en la danza española- limite su baile a algunos braceos (espléndidos) y, sobre todo, a ajustadísimos y musicales taconeos; en muchos momentos del espectáculo, Israel Galván es, más que un bailarín, un instrumento de percusión . Es su elección, y estamos antes un artista admirable en cualquier caso, pero es también un desperdicio. Con todo, hay fragmentos arrebatadoramente bellos, como cuando baila sobre lo que parecen cristales y baldosas.Noticia Relacionada estandar No Israel Galván se convierte en madre e hijo a la vez en su nuevo espectáculo, ‘Dream’ Julio Bravo Creado junto a la directora teatral Natalia Menéndez, la obra se estrena el 17 de mayo en el Teatro Español’Dream’ es un espectáculo lleno de símbolos, de detalles muchas veces cautivadores como el momento del cordón umbilical o el baile sobre lo que quiere ser líquido amniótico. Otros, como la presencia de una abogada real para presentarnos la defensa de madres como Medea o Hécuba, quedan más para consumo interno. En todo caso, es un espectáculo que se clava en las pupilas y de maduración lenta en el interior de cada espectador.La personalidad y el talento de Natalia Menéndez e Israel Galván está presente en todo el espectáculo, desconcertante pero magnífico, en el que no hay que olvidarse del trabajo de los tres músicos, especialmente de María Marín , una excelente cantante. El embarazo ha ido bien y el parto ha tenido éxito. Ahora queda que el niño (o niña) crezca y vaya tomando su propio camino y ajustando su propia personalidad.
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