Decía Pablo Picasso el siglo pasado que el arte es «la mentira que nos ayuda a ver la verdad». Quién sabe si comparten con él esta visión los activistas que, desde hace un par de años, se han dedicado a atacar obras en museos de todo el planeta para tratar de concienciar a la sociedad de los peligros del cambio climático y de la necesidad de actuar para solventarlo. La última agredida ha sido este domingo ‘La Gioconda’ , de Leonardo da Vinci, a la que han lanzado sopa varios ecologistas .El cuadro no ha sufrido daños, gracias al cristal blindado que lo protege, pero este tipo de acciones se han convertido en algo habitual en los últimos años. Tras estas escenificaciones se encuentran eminentemente dos organizaciones, Última generación y Just Stop Oil, que, para perpetrar sus ataques a lo largo y ancho del mundo, han optado por dos métodos diferentes . El primero consiste en pegarse a alguna parte del cuadro -el marco, el vidrio que la cubre…- o de la sala y el segundo, en lanzar algún tipo de líquido comestible sobre la pintura.La primera obra en convertirse en objeto de la ira de los activistas del clima fue precisamente ‘La Mona Lisa’, cuando un visitante del Louvre lanzó una tarta contra la pintura en mayo de 2022 mientras pedía protección contra el cambio climático. «Los artistas deben pensar en la Tierra. ¡Pensad en el planeta!», gritó el atacante, lo que llevó a pensar en una acción ecologista. Afortunadamente, también en aquella ocasión el cristal salvó a la obra de sufrir daños.Noticia Relacionada estandar Si El Prado informa a la juez de los «costes intangibles» del ataque a ‘Las majas’ Adriana Cabezas El perito valora en 3.600 euros los daños materiales de la agresión de Futuro Vegetal a sus marcosNo obstante, a esta primera actuación contra ‘La Mona Lisa’ siguieron otras. En julio de 2022, dos mujeres y un hombre se pegaron al cristal de ‘La primavera’, de Sandro Botticelli, en la galería florentina de los Uffizi, tras desplegar una pancarta con el lema «Last Generation No Gas No Coal» («Última Generación No al Gas No al Carbón). Se trató de una de las primeras intervenciones del colectivo Ultima Generazione y acabaron asbueltos.En octubre de ese mismo año, fue la pintura ‘Masacre en Corea’, de Pablo Picasso, la que se convirtió en víctima de los ecologistas. Dos personas, de 59 y 49 años, pegaron de nuevo sus manos al vidrio protector en un museo de Melbourne (Australia) y desplegaron a sus pies una pancarta que decía: «Caos climático = guerra + hambruna». La Policía arrestó a ambos y a una persona que los ayudó. Apenas unos días más tarde, fue el turno del emblemático cuadro de ‘Los girasoles’, de Van Gogh . Dos activistas de la organización en defensa del clima Just Stop Oil, ataviadas con una camiseta con un lema contra la extracción de petróleo, arrojaron sopa de tomate a la obra en la National Gallery de Londres. A continuación, pegaron sus manos a la pared de la sala.Dos activistas atacan el cuadro de ‘Los girasoles’, de Van Gogh EUROPA PRESS« ¿Qué tiene más valor: el arte o la vida? ¿Vale más que los alimentos o la justicia?», preguntó una de las jóvenes. «¿Qué te preocupa más: la protección de un cuadro o la de nuestro planeta y las personas? La crisis por el encarecimiento de la vida es parte de la crisis energética. La gasolina es inasequible para millones de familias que pasan hambre y frío y que no pueden permitirse ni calentar una lata de sopa», continuaron.El mismo mes, dos activistas de ‘Letzte Generation’ (Última Generación) en el Museo Barberini de Potsdam en Alemania cubrieron la pintura ‘Les Meules’, de Claude Monet, con puré de patatas antes de pegarse al suelo. En un comunicado, el grupo señaló qeu su acción planteaba la misma pregunta que la de las ecologistas de la National Gallery: «¿Qué vale más, el arte o la vida?».Dos activistas atacan la obra ‘Les Meules’, de Calude Monet AFPTampoco ‘La joven de la perla’, de Johannes Vermeer, escapó a estas puestas en escena. Un hombre vertió una lata de tomate sobre otro que intentó pegar su cabeza a la pintura, según se vio en un vídeo difundido en Twitter (ahora X). Uno de ellos, que llevaba una camiseta con el lema Just Stop Oil, gritó: «¿Cómo te sientes cuando ves que algo hermoso e invaluable es aparentemente destruido ante tus ojos? ¿Sientes indignación? Bien. Ese es el sentimiento cuando ves que el planeta se destruye ante nuestros ojos». El mes siguiente, cuatro ecologistas del grupo Última generación lanzaron sopa de guisantes sobre el cuadro ‘El Sembrador’, de Van Gogh, y se pegaron al muro donde estaba expuesto, en el museo del Palacio Bonaparte en Roma. De nuevo, la obra -que formaba parte de una exposición temporal dedicada al pintor neerlandés- no sufrió daños. El objetivo: de nuevo concienciar sobre el cambio climático.Las siguientes fueron ‘La maja vestida’ y ‘La maja desnuda’ , de Francisco de Goya, en el Museo del Prado de Madrid. Dos activistas de la organización Futuro Vegetal se pegaron a los marcos de los cuadros y escribieron en la pared «+1.5°» en referencia al anuncio de la ONU sobre la imposibilidad de cumplimiento del Acuerdo de París sobreo el cambio climático. Ahora, la pinacoteca española ha informado a la jueza de los «costes intangibles» del ataque.Dos activistas se pegan a ‘Las majas’, de GoyaUnos días después, dos activistas ambientales se adhirieron con pegamento a la obra de ‘Latas de sopa Campbell’, de Andy Warhol, en la Galería Nacional de Camberra para exigir al Gobierno de Australia que dejase de subsidiar los combustibles fósiles. En esta ocasión, las ecologistas lograron salir de la pincaoteca antes de que pudieran detenerlas.Dos activistas lanzan pintura negra sobre un el cuadro ‘Muerte y vida’, de Gustav KlimtA continuación, le llegó el turno al cuadro ‘Muerte y vida’, de Gustav Klimt, cuando dos activistas pertenecientes al grupo austriaco Última generación salpicaron con un líquido negro la obra en el Museo Leopold de Viena. La organización reivindicó la acción en Twitter y mostró su intención de concienciar a la sociedad ante el colapso climático.Dos activistas atacan a martillazos el cuadro de ‘La Venus del espejo’, de Diego VelázquezUn año después, la damnificada fue ‘La Venus del espejo’, de Diego Velázquez, cuando dos ecologistas del grupo Just Stop Oil rompieron a martillazos el cristal que protegía el cuadro en la National Gallery de Londres. Ambos fueron detenidos tras esta acción, que pretendía que el Gobierno británico detuviera inmediatamente los nuevos proyectos de extracción de petróleo y gas en el Reino Unido.
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