Crítica de ‘Simple como Sylvain’: elementos nuevos para una comedia romántica distinta y muy actual

Simple como Sylvain es un título descriptivo y es una declaración de intenciones. Sylvain (Pierre-Yves Cardinal) es el obrero encargado de reformar la casa del campo de Sophia (Magalie Lépine Blondeau, la Angelina Jolie canadiense). Es un hombre sencillo, simple, de camisetas de trabajo, camisas de cuadros, gorra y vaqueros. Pero ella, no; ella es profesora de universidad, filósofa, de clase media alta acomodada, intelectual. Verse atraída por alguien como Sylvain es algo salvaje e irónico que ella arrastra con culpa de clase.

Muchos elementos nuevos para una comedia romántica distinta y muy actual y que, sin embargo, no resulta compleja, es simple, es sencilla en el mejor sentido. Es la historia de una mujer en sus 40 insatisfecha con su vida personal y romántica, aburrida en su pareja estable, con ese hombre que sería lo esperado, lo correcto para ella y que encuentra en el albañil todo lo que ni sabía que quería. 

Pero Monia Chokri no lo cuenta con pesadumbre e intensidad, sino que observa a sus personajes desde la distancia, acercándoles un zoom sarcástico, casi nunca mirándolos directamente, para, sobre todo, nunca juzgarla a ella como suele hacer con demasiada frecuencia este género cinematográfico, más aún si hablamos de una mujer madura.