El indonesio Timo Tjahjanto se asocia a la brutal The Night Comes for Us. Una película que, al igual que otras de su filmografía (Headshot, The Big 4, Que el diablo te lleve) puede encontrarse en Netflix, donde estrena Fuera de las sombras, película de acción en la que demuestra por qué lo han elegido para el remake de Train to Busan y la secuela de Nadie.
Protagonizada por la actriz y cantante Aurora Ribero, Fuera de las sombras muestra a una joven asesina perteneciente a una temida organización clandestina (sus miembros se conocen como sombras) que, tras ser apartada por su instructora por fallar en una misión, no duda enfrentarse a la gente más peligrosa de Yakarta para intentar salvar a un niño huérfano.
Crítica de ‘Fuera de las sombras’
El cine indonesio sigue ganando adeptos por su modo de concebir y plasmar el terror y la acción. Adscrita al segundo género, Fuera de las sombras se disfruta por su tono y unas potentes y cargadas secuencias (los elementos que se van incorporando y que dan lugar a la transformación de los pasajes), estímulos por los que aparece como otra sugerente puerta de entrada para quienes todavía no hayan descubierto el estilo de Timo Tjahjanto.
La propuesta sabe ‘espolear’ al aficionado atraído por la situación del ‘uno contra todos’ y por el personaje movido por la rabia, la venganza y el impulso moral, aspectos clásicos representados en una joven asesina que a pesar de estar en fase de instrucción lleva la destreza letal a otro nivel. Que no haya interiorizado plenamente los códigos autómatas (en cada misión solo deben pensar en matar) de su organización es lo que propicia que durante su apartamiento forzado se mueva por la incipiente amistad fraternal surgida al empezar a ayudar a un niño cuya madre, inmersa en una red de drogas y prostitución, ha sido asesinada.
Tjahjanto tiene no obstante muy claras las prioridades. En ese sentido, no deja de resultar llamativa la manera en la que lo contundente y lo violento se imponen sobre los apuntes emocionales y las relaciones. Asimismo, el foco en la asesinada llamada Trece lleva aparejado que la subtrama de la mentora quede suelta en el desarrollo. Una imperfección narrativa que aquí genera afinidad porque constituye el modo del director de recuperar, sin complicarse mucho, al personaje por su papel relevante en el cierre.
Los tramos entregados a la acción no ofrecen coreografías deslumbrantes, si bien desprenden una magnética vistosidad, instalan en la evasión y siempre regalan detalles y momentos, ya sea en forma de ideas arrebatadoras, de explosión de bestialidad (los acuchillamientos, el gusto por el gore) y de exageraciones autoconscientes (la modulación del ‘tiempo bala’).
También seduce cómo Tjahjanto alarga las secuencias, rasgo simbolizado en la lucha expuesta durante el verdadero final, tramo en el que los personajes implicados, de tanto golpe, acaban con deformidades faciales propias del terror. Que uno de ellos diga que la violencia desatada no acabará nunca supone otro guiño al respecto. Siguiendo con ese juego con la extensión, Fuera de las sombras cuenta con varios finales: una amplia resolución, el final real y un epílogo que, además de enlazar con lo de ‘no acabar nunca’, allana el camino a la segunda parte.
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Content Source: www.20minutos.es