Anna Allen es feliz cuando se sube a un escenario o entra en un plató cinematográfico o un set de televisión. Le fascina interpretar, siente su profesión con una intensidad desbordante, y hablar con ella sobre cine o teatro significa no poder apenas meter la cuchara en la conversación, tal es la pasión que muestra.
A pesar de ello, la vida le ha alejado de los escenarios. La última vez que pisó uno fue hace casi trece años, cuando interpretó, en el Festival de Mérida, ‘Antígona, Siglo XXI‘. Ahora la actriz, conocida por su trabajo en series como ‘Cuéntame’, ‘Acusados’ o ‘Paquita Salas’, vuelve con un proyecto muy personal: ‘Tierra baldía’, una obra basada en la ‘Yerma‘ de Federico García Lorca, escrita -y dirigida- por José Luis Algar a partir de una idea de la propia actriz. La función se estrena hoy, 3 de mayo, en la Sala Azarte de Madrid, y estará en cartel el domingo 5 y los viernes del mes de mayo. Maternidad, frustración sexual, relaciones disfuncionales, pasión, apariencias… son algunas de las cuestiones que aborda el monólogo (un formato que nunca ha probado).
«Hazlo tú»
«Yo tenía muchas ganas de hacer teatro -confiesa Anna Allen-, y un amigo me dijo un día: ‘si quieres hacer algo, no esperes a que te llamen. Hazlo tú’. Eso me hizo pensar y un día, hablando con José Luis Algar, le conté una de las ideas que tenía, basada en ‘Yerma’. Él convirtió mis ideas en palabras, y empezamos a trabajar a partir de ahí».
Yerma es un personaje, dice la actriz, que le ha fascinado desde que lo leyó, hace muchos años. «Es un texto muy universal, los temas que se tratan en la obra se pueden desarrollar en cualquier momento y en cualquier lugar. Es una base ilimitada para crear, un prisma de infinitas caras».
Lorca es «un gran inspirador -añade-; como otros autores apela a sensaciones y sentimientos que todos seguimos sintiendo. ‘Yerma’ tiene que ver con la frustración, con la soledad, con el deseo. Lorca hablaba del deseo femenino en una época en la que parecía que no existía; también de las expectativas que se ponen en una relación y se frustran porque no es como pensábamos que iba a ser. Paul Auster, que acaba de fallecer, decía que la vida nunca es una línea recta. ¿Y qué haces cuando te das cuenta de eso? ¿Puedes seguir o no? ‘Tierra Baldía’ tiene que ver con todo eso».
Identificarse
Asegura la actriz que es difícil no sentirse concernido por lo que Lorca escribió. Cualquier persona de cualquier generación puede sentirse identificada con lo que cuenta. «La maternidad es una cuestión eterna; qué significa para una mujer tener hijos o no tenerlos; cómo es juzgada, cómo se comporta según lo que se espera de ella. ¿Existe un manual de cómo ser una buena mujer»
Dos de los pilares de ‘Yerma’ son la maternidad, su deseo y su frustración, y otro es la presión social. «Obviamente, hay mujeres con una necesidad increíble de ser madre, pero no tengo tan claro de si para otras mujeres es una necesidad real o está condicionado por la sociedad». La maternidad, en ‘Tierra Baldía’, es un símbolo. «Es ese anhelo porque te han dicho que con ella vas a ser completa y acabas convirtiéndola en algo que necesitas…Y bueno, a veces pasa y a veces no, porque en la vida no todo pasa como queremos».
Libertad individual
‘Tierra Baldía’ es, asegura Anna Allen, un canto a la libertad. «Mi personaje sí siente la necesidad de ser madre, pero la obra defiende esa libertad individual. Muchas veces me planteo que a menudo creemos que algo como tener un hijo nos va a dar la felicidad completa. Yerma desea tener un hijo porque cree que va a alcanzar esa felicidad. Pero ¿qué le pasaría si lo tuviera? ¿Desaparecerían sus problemas? Probablemente no».
Anna Allen hila unas ideas con otras, las palabras borbotean. Faltan apenas 48 horas para el estreno y su pensamiento hierve. De la maternidad pasa al deseo. «Parece que sea algo propio de los hombres, algo masculino. En la época de Lorca no se podía hablar del deseo femenino, no existía. Y es algo que está presente de algún modo en ‘Yerma’. ¿Cómo lo vive esa mujer? Probablemente son sensaciones a las que no sabe ponerle nombre».
‘Tierra Baldía’ tiene una intención más femenina que feminista. Quiere contar sentimientos, sensaciones, más que reivindicar. «En el monólogo se habla de la identidad, de transitar o no por ese lugar que es lo que se espera de mí. Pero sobre todo quiere mirar al interior de una mujer con sentimientos que todos podemos entender. ¿Quién no se ha sentido solo? ¿Quién no se ha sentido juzgado? ¿Quién no ha sentido en un momento dado que no encaja? La obra tiene que ver con esa parte humana. Le está pasando a Yerma pero le podría pasar a un hombre. Hay sensaciones que son femeninas, pero José Luis y yo hemos querido retratar a un ser humano».
Voz interna
La obra, dice, siempre se pensó como un monólogo, «con todo el vértigo que provoca», porque en ella se escucha «esa voz interna que todos tenemos y que aquí se expresa en voz alta, dejando que salga en un lugar seguro para ella, que es el patio donde habita el personaje». Casi todo el tiempo.
Lorca, insiste, entiende el alma femenina «porque entiende los sentimientos humanos de una manera muy profunda y se atreve a hablar de ellos. Es tan femenino porque es muy humano. Lo que cuenta es algo tan rico que aunque seas un hombre te vas a ver reflejado en él».
Concluye la actriz diciendo que este monólogo le está ayudando a descubrir cosas que para entender de los demás aunque yo no las haya vivido; eso es ser actriz. Pero no quiere hacer terapia con esta obra. «El teatro siempre es muy terapéutico porque siempre es catártico, pero mi intención no es esa; mi intención es que el público pase un buen rato; si quiere pensar, que piense, y si no quiere, que no lo haga pero se entretenga».
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