«¡Ay, qué bonito el cartel aquí en grande!», grita, en un arrebato de emoción, Pedro Solís, exitoso cineasta que con cada primavera cumplida, y ya acumula 55, se aleja del cinismo de los compañeros veteranos para abrazar la ilusión de quien sabe que cada momento, cada instante, puede tener un pliegue de felicidad, pese a todo. Y ahí está Pedro Solís al otro lado del teléfono en esta mañana asfixiante de agosto refugiado del calor en los cines de Guadalajara, esos cines que tiene a tiro de piedra de su casa y su oficina, para repasar los detalles y «poner bonita» la sala en la que luego entrarán cientos de personas al preestreno de ‘Buffalo kids‘, su nueva película de animación, una aventura familiar desbordada de emoción y amor fraternal que amplía el universo de su corto ‘Cuerdas’, aquel que estrenó en 2013 y que entró en el Libro Guinness de los récords como el más premiado del mundo.
Con el ‘merchandising’ ya en su sitio -«buah, qué pasada»- y el publico en sus butacas vuelve a aparecer proyectada sobre una lona blanca de más de 100 metros cuadrados la mirada hiperexpresiva de Nick, el protagonista, una mirada que dice lo que su cuerpo paralizado no puede; también Mary, aquí una niña huérfana de orígenes irlandeses que llega en barco a Nueva York a finales del siglo XIX en busca de su tío. Y aunque en la película los nombres de los personajes se han pasado al inglés y la aventura se traslada al viejo oeste americano, los rostros de Nick y Mary, Nico y María en ‘Cuerdas’ esconden la verdad de aquellos de 2013. También, claro, el espíritu de Nicolás y Alejandra, los hijos de Pedro Solís que inspiraron aquel cuento en el que la niña se inventaba todas las posibilidades del mundo para poder jugar con su hermano, inmóvil por fuera pero rebosante de energía por dentro.
En realidad, Pedro Solís cumple ahora 26 años en el mundo del cine. Hasta los 30 años se dedicaba a reparar máquinas tragaperras por los bares. Entonces decidió cambiar de vida y se fue junto con su hermano Juan al mundo de la modelación 3D, a los videojuegos (estuvo en el superventas ‘Comandos’) y, de ahí, al cine «a contar historias, que es lo que me mueve». El ojo no le ha fallado. Ha trabajado en los proyectos más exitosos de la historia de animación de nuestro país, de ‘Planet 51’ a ‘Tadeo Jones’, incluyendo la reciente ‘Momias’, que ha triunfado en medio mundo. En ‘Buffalo kids’ va todavía más lejos, con una animación más pulida y un salto de calidad que la iguala a las grandes superproducciones extranjeras. «La vida me sonrió y me llevó a poder trabajar en el cine. Así que claro, ¿cómo no me va a emocionar? Quiero disfrutar cada momento porque sé que como en cualquier profesión, se trata de tener talento y suerte. Sobre todo suerte. No dejo pensar cada día lo afortunado que soy por poder trabajar contando historias. En ese aspecto, no quiero perder esa pasión», dice a ABC.
En 2013, cuando recogió el Goya por ‘Cuerdas’, emocionó a todo el mundo con su dedicatoria: «Para mi hijo Nicolás, porque la vida se lo ha puesto difícil desde que nació y porque si los besos curaran, sería el niño más sano del mundo». Nico falleció en 2021 pero el Nick de ‘Buffalo kids’, de alguna manera, ya es parte de la historia del cine español. Un pequeño pliegue de luz, pese a todo.
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