Quién le iba a decir a un joven Duki, allá por 2018, cuando vino a España a cantar por primera vez delante de 1.500 personas, que en tan solo seis años acabaría coronando en el estadio Santiago Bernabéu. Quién le iba a decir al adolescente Mauro Ezequiel Lombardo (Buenos Aires, 1996) que de rapear en parques acabaría siendo el artista más escuchado de Argentina y el líder de una tendencia que se exportaría al resto del mundo.
Y sin embargo allí apareció, de un pasillo a la sala de prensa del Bernabéu, saludando con una mano. Primera frase: «Estoy más nervioso que en mi primer ‘show’». Es previsible que haberle puesto su nombre a la estación de metro para la ocasión no ayude, como sí ayudará a que el espacio físico entre en sintonía virtual el gran día; el próximo sábado; 65.000 personas que hace como poco seis meses compraron sus entradas para hacer temblar el estadio del Real Madrid a ritmo de trap y reguetón.
Como un Messi allí estaba este jueves, hablando a la prensa, a la que su trato cercano y habla desenfadada casi engañó, cuando su caché de artista es capaz de congregar a más de 100.000 personas en una sóla visita, como ya hizo el año pasado en esta misma ciudad, en dos tandas en el Wizink que dejaron poco más que añadir.
Sin embargo, no muestra su cara de superestrella y parece convencido a ignorar los cantos de sirena que a otros ahogan en el mar de la egolatría. «La gente está desesperada por ser conocida y pensar que ser famoso es el éxito no te lleva nada», explica sobre el panorama del género urbano, llevado en su gran mayoría por artistas veinteañeros, un efecto que en algunos jóvenes genera reflejos de irrealidad.
De todos modos, ¿quién los puede culpar? si Duki es la punta de una pirámide de una docena de raperos argentinos que surgieron juntos de la nada. Él mismo se muestra consciente de que es una burbuja que en algún momento puede pinchar: «Si estamos sacando 10 temas por semana, estamos matando la música poco a poco». Al menos de aquel lado del charco, parece que dejan la competitividad a un lado y apuestan por las sinergias. «Empiecen a unir mucho más», aconsejó cariñosamente.
Próxima parada: ‘Estación Duko’
No faltó la pregunta obliga y de respuesta prohibida: ¿Subirá alguien más al escenario este sábado? ¿Será su pareja y cantante, Emilia Mernes, será Dano, Bizarrap, Ysy A? «Yo creo que es algo que se sabe de mí, que tengo mis amigos de siempre y en cada ocasión que puedo los llevo conmigo y los invito a acompañarme», y hasta ahí pudo leer: «Tengo a toda la gente de la producción apuntándome con un rifle», bromeó.
Después se encadenaron varios momentos cargados de emotividad, como el encuentro con Brian, un joven fan que le adelantó regalos por su cumpleaños (con tarta y todo) y la última pregunta formulada por por su madre, presente en la sala y también emocionada: «No sé si a estas alturas de tu carrera sabes qué te distingue y por qué llegaste acá».
«Sigo siendo la persona que era. Soy la persona más libre del mundo», dijo ante más de cien personas mientras caían sus lágrimas. Así ella, Sandra Quiroga, cerró el encuentro: «Sos auténtico, Mauro. Eso te distingue».
Content Source: www.abc.es