Arnold Taraborrelli, bailarín, coreógrafo y, sobre todo, maestro de danza, ha fallecido en Madrid a los 92 años. Nacido en Filadelfia, Estados Unidos, el 31 de agosto de 1931, vivía en España desde hace sesenta años. Su influencia en el teatro español a partir de los años setenta es extraordinaria, ya que formó a varias generaciones de actores y modeló el movimiento escénico en numerosas puestas en escena.
Arnold Taraborrelli estudió en la Universidad de Temple y en la Tyler School of Fine Arts, perteneciente a dicho centro universitario, situado en Filadelfia. Trabajó como bailarín en óperas y en Broadway, donde completó sus estudios junto a Martha Graham y José Limón. Viajó también a Londres y a Puerto Rico, donde empezó su trayectoria profesional como coreógrafo.
En la isla caribeña conoció a varias figuras españolas, entre ellas Lola Flores. La artista jerezana le abrió las puertas a la fascinación por España y lo español. Viajó en 1963 a Madrid y decidió quedarse en nuestro país.
En Madrid conoció a Miguel Narros y, a través de él, a William Layton, profesor y director teatral estadounidense establecido también en España. Junto a ellos empezó a trabajar como profesor de movimiento escénico en grupos como el Pequeño Teatro, el Teatro Estudio de Madrid (TEM), el Teatro Estudio Independiente (TEI) y el Teatro Estable Castellano (TEC). Trabajó también junto a directores como José Luis Alonso o Fernando Fernán-Gómez.
En el estudio de Karen Taft, primero, y más tarde en su propio estudio, situado en la calle del General Oráa, en Madrid, desarrolló hasta hace diez años una fecunda labor como maestro. José Carlos Plaza, Ana Belén, Francisco Vidal, Carmen Machi, Helio Pedregal, Carlos Hipólito, Carmen Maura, José Pedro Carrión, Juan Pastor, Teresa Valentín y su hija, María Pastor, son algunos de los numerosos nombres que visitaron su estudio y asistieron a sus clases, popularísimas en la profesión. También formó a cantantes y bailarines como Nacho Duato, Miguel Ríos, Miguel Bosé o Luz Casal.
Taraborrelli coreografió montajes inolvidables como ‘Tío Vania’ o ‘El sueño de una noche de verano’, y firmó también el movimiento escénico y la coreografía de numerosas óperas en el Teatro de la Zarzuela y el Teatro Real.
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