Pionero del pop inglés, Joe Tilson (1928-2023) terminaría huyendo de su país natal, y de la etiqueta a la que debió su fama, para encontrarse a sí mismo en Toscana, y en una Venecia ruskiniana.
A los más veteranos, la noticia de la muerte, el 9 de noviembre, y a los 95 años, y en Londres, la ciudad donde había nacido, de Joe Tilson, nos trae a la memoria una época, ya remota, en que en los estudios españoles se miraba mucho hacia la capital británica, entonces dividida entre el furor de Bacon, las geometrías y cinetismos de Signals, y la gracia de un pop menos frío que el norteamericano.
En 1949, Tilson, hijo de padres telegrafistas, ingresó en la St Martin School of Arts, donde coincidió con Auerbach y Kossoff. Entre 1952 y 1955, prosiguió su formación en el Royal College of Art y conoció a Peter Blake y David Hockney. Tras un tiempo en Roma, Sicilia y L’Ametlla de Mar (Barcelona), de 1958 a 1963 sería profesor en aquel College, y en la Slade School of Fine Arts. Su obra de los cincuenta son relieves en madera (su primera profesión había sido, entre los 16 y los 18, la ebanistería) de gran sobriedad, y de un primitivismo con sabor entre prehispánico y nevelsoniano. Tras su presencia en 1964 en el pabellón inglés en la Bienal de Venecia, vendría la Documenta de Kassel de 1968. Dos años más tarde, Marlborough presentaba ‘Pages’, su individual londinense más contestaria, En 1973 expuso en el Boijmans de Rotterdam.
Obra clave de su primera madurez, ‘A-Z Box for Friends and Family’ (1963), es una suerte de mueble de imprenta que, como su título indica, se inscribe, en plan olla podrida, en la tradición de las cajas a lo Joseph Cornell. Por aquel entonces ya amigo de zigurats, obeliscos y laberintos, él y su mujer, Joslyn, sutil escultora y artista textil, terminaron dejando un Londres que se les venía un poco encima por un pueblecito del Wiltshire, y luego por la ciudad toscana de Cortona. Adquirieron además otro estudio en Venecia, la ciudad donde, en 1956, se habían casado.
Entre las numerosas galerías de su segunda patria que le expusieron sobresalen la veneciana Il Cavallino, y el Studio Marconi milanés, donde se haría amigo de Lucio del Pezzo, con cuyo itinerario espiritual el suyo presenta similitudes. Muchas de las piezas tardías tilsonianas están a mitad de camino entre el arte y el diseño: terracotas policromadas, cristales de Murano, muebles para la casa Zanotta… Su dilatado ciclo, de título ruskiniano, ‘The Stones of Venice’, lo integran pinturas de especial encanto añejo.
Tilson, apasionado por el mundo del grabado, en el que le había iniciado, en París, Henri Goetz, realizó libros de bibliofilia con Roberto Sanesi, Andrea Zanzotto o el griego Yannis Ritsos. Estos últimos años volvió a verse su obra en su país natal, gracias a la acción conjunta de Waddington, Marlborough, y Alan Cristea. En 2002 expuso en la Royal Academy, de la que era miembro desde 1991.
Content Source: www.abc.es